Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte han anunciado importantes hallazgos en el Monte Sión de Jerusalén al descubrir evidencias claras que constatan la conquista babilónica de la ciudad en el 587 antes de Cristo, lo que coincidiría con el relato que aparece en la Biblia.

El hallazgo se corresponde con un depósito que incluye capas de ceniza, puntas de flecha, tiestos, lámparas y una importante pieza de joyería de época: una borla o arete de oro y plata (un anillo de metal que algunas mujeres llevaban atravesado en el lóbulo de cada una de las orejas). También existen signos de una estructura significativa de la Edad de Hierro. Pero el edificio, debajo de las capas de períodos posteriores, aún no se ha excavado. El mismo proyecto arqueológico ya había encontrado hace tiempo evidencias sobre el saqueo de la ciudad durante la Primera Cruzada, muy posterior, del siglo XI DC.

El hallazgo actual es uno de los más antiguos y quizás el más destacado por su importancia histórica, ya que la conquista babilónica de Jerusalén es un momento importante en la historia israelita. El equipo de investigadores ha explicado que el depósito puede datarse gracias a la combinación única de artefactos y materiales encontrados.

“Sabemos dónde corría la antigua línea de fortificación”, han señalado los especialistes en declaraciones al portal científico Phys.org, “Así que sabemos que estamos dentro de la ciudad. Sabemos que esta no es una zona de descarga, sino el vecindario sudoeste de la ciudad de la Edad del Hierro, durante el siglo VIII AC”. El área urbana se extendía hacia el sureste y hasta la colina occidental donde ahora se está excavando.

Durante la ocupación babilónica se destruyó el primer templo de Jerusalén, el mismo 587 AC, construido por Salomón. En el exilio judio de Babilonia se escribieron algunos de los libros del Antiguo Testamento o Torá.