1001 curiositats del català parlat i escrit, de Jaume Salvanyà (colección L'Arca, de la editorial Redbooks), quiere explicar la lengua catalana a través de anécdotas e historias curiosas. En este atípico libro sobre la lengua catalana figuran los grandes temas habituales en obras de este tipo: los orígenes de la lengua, la gramática, la ortografía, los eufemismos, la literatura, el catalán en los medios de comunicación, la disglosia, la normalización lingüística... Pero lo hace desde el detalle, desde la pequeña historia, a partir de hechos muchas veces desconocidos, de tal forma que se consigue una aproximación especial, muy más emotiva, a la lengua catalana.

Nombres cargados de mala fe

Son numerosas las cosas curiosas que documenta Salvanyà, y muchas de ellas se refieren a los nombres. Por ejemplo, analiza el origen del apellido "Deulofeu". Se trata, ni más ni menos, de un apellido que se daba a los hijos de padre desconocido, en un tiempo en que estos estaban fuertemente estigmatizados. Una especie de venganza póstuma para todos los descendientes de los pecadores que habían engendrado a un hijo sin pasar por la vicaría. Por otra parte, 1001 curiositas del català documenta que algunos nombres no son tan evidentes como a menudo nos pensamos. Por ejemplo, Montserrat es nombre de mujer, pero antiguamente era también nombre de hombre, y actualmente todavía hay hombres que llevan este nombre en Mallorca.

¿Cómo se llama?

A través de este libro podemos descubrir cosas que ignorábamos, y también ampliar nuestro vocabulario. Por ejemplo, podemos aprender que la parte del detrás del codo y de la rodilla se llama "sofraja", y que los cuchillos, como las personas, tienen "esquena" (la parte de la hoja opuesta al corte). También nos explica que en Andorra los políticos, cuando hacen campaña electoral puerta a puerta se dice que "espardenyegen", que viene, justamente, de usar las alpargatas ("espardenyes"). Y una de las cosas más sorprendentes: Salvanyà nos enseña que "l'any de la picor" no es un año mítico, sino una fecha bien real: en 1471, cuando una gran epidemia de pulgas traumatizó a la sociedad catalana.

La lengua de hoy, para las cosas de hoy

Salvanyà pretende hacer un libro muy actual, donde junto a los aspectos más históricos de la lengua aparezcan los más actuales. Así pues, al lado de apartados para las tradiciones o para la religión, también los hay dedicados a cosas mucho más actuales, como la pornografía. Aquí se nos mencionan los poemas de Salvat-Papasseït, pero también Les excursionistes calentes, la primera película porno grabada en catalán. Pero también hay apartados dedicados a las bebidas alcohólicas: del "cigaló" al "xampú" o "xandi", pasando por el "calimotxo" y el "burret" de Alcoy. E incluso incorpora datos que han dado a conocer últimamente los estudiosos, como el hecho de que decenas de miles de gitanos franceses tienen como lengua propia el catalán, un hecho que analizó últimamente Eugeni Casanova.

Los sabios también se equivocan

Salvanyà, en su libro, rinde homenaje a los filólogos que han contribuido al estudio de la lengua catalana, como Pompeu Fabra o Joan Corominas. Pese a todo, no los sacraliza e incluso ironiza con alguno de sus fallos, como el de la definición de "chiruca" en el Diccionari etimològic i complementari de la llengua  catalana, de Corominas, en que se presupone una procedencia vasca a esta palabra, supuestamente derivada de "ziroka" (tropezando o recibiendo golpes, en un valle navarro). Pero parece ser que el origen del nombre del calzado es mucho más sencillo. La madre de los fabricantes de Tortellà que inventaron este calzado se llamaba Mercè, y el diminutivo de Mercè, en gallego, es Chiruca. Bautizaron las botas, simplemente, con el diminutivo de su madre. Salvanyà, pese a todo, no quiere enmendar la plana a los grandes conocedores de la lengua catalana sino tan sólo ofrecer una forma de acercarla al gran público, de una forma amable y distendida.