Vivir más y mejor es el deseo de cualquier ser humano. Para lograrlo, hay que tomar medidas desde las primeras etapas de la vida, ya que repercuten en la senectud. Las dos intervenciones más eficaces para tener un envejecimiento saludable son: seguir una dieta sana y practicar ejercicio físico.
Envejecer con ejercicio físico
Para un envejecimiento sano es fundamental seguir una nutrición equilibrada que no favorezca la obesidad. El ejercicio físico debe ser de práctica habitual, no extenuante, de alrededor de 45 minutos al día y puede consistir en caminar a paso vivo, lo que es estupendo para prevenir el deterioro funcional de la vejez. Aunque siempre se habla del ejercicio aeróbico, que consiste en ir en bicicleta, correr o nadar, también son muy útiles los pequeños ejercicios de resistencia que se hacen con pesas o mancuernas.

Vejez saludable con nutrición sana y equilibrada
El otro pilar fundamental para lograr un envejecimiento sano es seguir una nutrición equilibrada que no favorezca la obesidad. En España, hasta el 80% de los ancianos, es decir, cuatro de cada cinco, son obesos o tienen sobrepeso. Nos escandalizamos porque entre el 10% y el 15% de la población tiene sobrepeso u obesidad, pero en los ancianos este problema de salud es aún mayor. En la alimentación correcta y variada deben incluirse todos los principios inmediatos, proteínas, vitaminas y minerales en cantidad suficiente.
A partir de los 50 años, ya no se pueden retrasar más las medidas para «asegurarse» una vejez saludable. A medida que se envejece, se deben introducir cambios en la dieta para adaptarla al gusto de las personas mayores, ya que les cuesta más captar determinados sabores. Asimismo, se deben fraccionar las comidas. Es preferible que el anciano tome varias comidas pequeñas al día, que pocas y abundantes, porque las tolera peor. Y se le deben evitar los platos grasientos porque le cuesta más digerirlos. Otro problema común en esta etapa es el estreñimiento. Se deben aumentar los alimentos con mucho residuo, como los garbanzos, los espárragos, la verdura o la lechuga. Los alimentos con fibra facilitan el tránsito intestinal y mejoran el estreñimiento.
Aunque siempre se habla del ejercicio aeróbico, que consiste en ir en bicicleta, correr o nadar, también son muy útiles los pequeños ejercicios de resistencia que se hacen con pesas o mancuernas
Envejecer con salud: a los 50 hay que tomar medidas
¿A partir de qué momento en la vida ya no se pueden retrasar más las medidas para «asegurarse» una etapa anciana con calidad de vida y con autonomía? Los expertos sitúan la frontera en torno a los 50 años para ambos sexos.
En el caso de la mujer, porque entra en la menopausia, entre los 47 y los 52 años, etapa en que comienzan a diagnosticarse enfermedades vinculadas al aparato locomotor, artrosis u osteoporosis y cardiovasculares, por los cambios hormonales que sufre.
En el caso del hombre, aunque no hay una frontera fisiológica tan definida, los 50 años se pueden considerar un punto de inflexión porque alrededor de esa edad empiezan a realizarse los primeros cribados o screening para detectar cánceres relacionados con el tabaco y, como en las mujeres, se manifiestan las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la dislipemia o la diabetes.
Diez mandamientos para alargar la vida
La dieta sana y equilibrada y la actividad física no obran por sí solas el milagro de una vejez saludable. Hay otras medidas para alargar la vida y mantener la salud. Este es el decálogo que propone la SEMEG:
- Seguir una alimentación sana y hacer ejercicio físico.
- Aplicar cuidados vinculados al medio y encaminados a protegerse del cambio climático.
- Evitar accidentes laborales o domésticos.
- Evitar tóxicos como el tabaco.
- Tener unas adecuadas normas de higiene y vestido.
- Acudir a los servicios preventivos y estar al día de todas las vacunaciones.
- Ir a los controles de salud regulados o pautados, como los cribados y pruebas ginecológicas (citologías o mamografías).
- Cumplir bien los tratamientos para las enfermedades que se tengan.
- Conservar buenas pautas de relación familiar, social y laboral para gozar de bienestar mental.
- Mantenerse activo mentalmente y con ocupaciones vinculadas al ocio.