¿A quién no le sienta bien un buen caldo de pollo o una sopa de su abuela? Durante mucho tiempo, este tipo de platos han sido utilizados no solamente para alimentarnos, sino también como remedio casero. Aunque evidentemente no estamos hablando de ningún "tratamiento", ya hay estudios que afirman que sí tienen, por ejemplo la sopa de pollo, efectos curativos. Como mínimo nos ayudan a disminuir la sintomatología de una forma moderada en los casos de resfriados o incluso de enfermedades respiratorias.

Si hablamos de los líquidos tibios, estos sí tienen efectos sobre síntomas como por ejemplo la típica congestión, incluso algunos artículos y trabajos nos sugieren que pueden hasta cierto punto estimular nuestro sistema inmune para luchar contra determinadas enfermedades infecciosas. Así que pese a no ser un tratamiento, tampoco es nada inútil apostar por estos alimentos cuando padecemos alguno de estos episodios. Todo lo contrario, nos ayudarán a combatirlo y serán una arma de refuerzo.

Bebidas calientes como aliadas

sopa

La sopa de pollo puede ser una aliada contra el resfriado

En este sentido, en la revista Rhinology se publicó en 2008 un estudio donde se analizaba la ingesta de una bebida caliente afrutada, como podría ser un té, en un grupo de 30 participantes que sufrían un resfriado normal y corriente. Tras medir sus niveles de flujo de aire nasal antes y después de tomar dicha bebida, se vio que no había cambios en la obstrucción nasal, sin embargo los síntomas sí disminuyeron tras tomar la bebida, lo cual ya es un claro indicados de cómo este tipo de bebidas nos puedes afectar positivamente.

Por otro lado, ya hay estudios científicos que han analizado la mejor forma de cocinar sopa de pollo contra el resfriado. Hace casi 20 años, un estudio publicado por la revista Chest ya redactó una guía sobre cómo hacer "sopa de la abuela" como parte de un experimento en el que se quería ver si las sopas caseras y enlatadas podrían tener algún beneficio curativo a nivel celular. En este caso, investigadores de la Universidad de Nebraska dieron sopa a los leucóticos o glóbulos blancos en unas muestra del laboratorio para ver si se inhibia la migración de los neutróficos, o lo que viene a ser lo mismo, si se calmaban estas células de defensa. Y el resultado concluyó que la sopa sí redujo la velocidad de migración de las células, con la cual cosa podrían disminuirse los síntomas inflamatorias en seres humanos cuando tenemos por ejemplo gripe, resfriado o dolor de garganta.