Una hernia es una condición médica que ocurre cuando un órgano o tejido graso se desplaza y protruye a través de una abertura o punto débil en la pared muscular o tejido conectivo que normalmente lo contiene. Este problema puede presentarse en varias partes del cuerpo, siendo las más comunes el abdomen, la ingle, y la región lumbar. Las hernias son una causa frecuente de consulta médica y pueden afectar a personas de todas las edades, incluyendo niños y adultos.

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Mantener un peso saludable es una forma de prevenir la aparición de hernias/ Foto: Unsplash

 

Las hernias pueden desarrollarse debido a una combinación de presión muscular y debilidad en la pared muscular o el tejido conectivo

 

Tipos de hernias

Los diferentes tipos de hernias se clasifican generalmente según su ubicación en el cuerpo:

  1. Hernias inguinales: Son las más comunes. Ocurren cuando el intestino o la grasa abdominal se protruyen a través de una parte débil en la pared abdominal inferior, generalmente en el canal inguinal. Este tipo es más prevalente en hombres debido a la estructura anatómica de esta área.

  2. Hernias umbilicales: Aparecen cerca del ombligo. Pueden ser comunes en recién nacidos si el músculo abdominal no se cierra completamente alrededor del cordón umbilical. También pueden desarrollarse en adultos debido a un aumento de la presión en el abdomen.

  3. Hernias incisionales: Se desarrollan a través de un área debilitada por una incisión quirúrgica previa. Estas hernias son una complicación postoperatoria común, especialmente si la cicatrización es deficiente o si se ejerce demasiada presión sobre la incisión después de la cirugía.

  4. Hernias hiatales: Ocurren cuando una parte del estómago se desplaza hacia arriba a través del hiato, una abertura en el diafragma por donde pasa el esófago.

 

Causas y factores de riesgo

Las hernias pueden desarrollarse debido a una combinación de presión muscular y debilidad en la pared muscular o el tejido conectivo. La presión puede provenir de actividades que aumentan la tensión en el área abdominal, como levantar objetos pesados, toser de manera prolongada, o dificultades durante el parto. La debilidad en la pared puede ser congénita o desarrollarse con el tiempo debido a factores como el envejecimiento, daño por cirugía o lesiones.

 

Síntomas

El síntoma más evidente de una hernia es una protuberancia o abultamiento en el área afectada, que puede ser más notable cuando la persona está de pie o realiza esfuerzos y puede desaparecer al acostarse. Otras veces, las hernias pueden ser dolorosas, especialmente al toser, agacharse o levantar objetos pesados. En el caso de las hernias hiatales, los síntomas pueden incluir reflujo ácido o sensación de ardor debido al ácido estomacal que regresa al esófago.

 

Tratamiento

El tratamiento de una hernia depende de su tamaño, el tipo y la severidad de los síntomas. Algunas hernias pequeñas y sin síntomas pueden simplemente ser monitoreadas. Sin embargo, la mayoría de las hernias que son grandes o dolorosas requieren intervención quirúrgica para reparar la debilidad en la pared muscular. La cirugía puede realizarse de manera abierta o mediante técnicas mínimamente invasivas como la laparoscopía.

 

Prevención

Aunque no todas las hernias se pueden prevenir, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo de su desarrollo, como mantener un peso saludable, evitar el levantamiento de objetos pesados de manera incorrecta, y tratar la tos crónica o el estreñimiento que puede aumentar la presión abdominal.

 

En conclusión, las hernias son una condición común que puede variar considerablemente en gravedad. Comprender sus causas, tipos y opciones de tratamiento es esencial para manejar esta afección y evitar complicaciones serias, como la estrangulación del tejido herniado, que puede requerir atención médica urgente.