Oímos mucho hablar de pescado azul y pescado blanco (o magro), pero ¿realmente conocemos las propiedades, diferencias y beneficios de cada tipo de pescado? En este artículo os lo explicamos de manera breve para salir de dudas y para que podáis saber qué tipo de pescado os interesa más potenciar en vuestra dieta.

¿Qué es pescado azul y qué es pescado blanco?

El porcentaje de grasa influye levemente en el color del pescado y determina su clasificación. Si la pieza tiene más del 5% de grasa, es pescado azul. Si tiene menos del 2% de grasa, se trata de pescado blanco. Entre el 2 y 5% hay una categoría intermedia.

Tipos de pescado azul y blanco corrientes

  • Pescado azul: atún, salmón, boquerón, sardina o caballa, entre otros.
  • Pescado blanco: bacalao, merluza, rodaballo, rape o lenguado, entre otros.
Pescado
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Las propiedades de cada tipo

El pescado blanco es bajo en calorías y grasas. Aporta una cantidad alta de proteínas de calidad. También destaca por su contenido alto en vitamina D y minerales como potasio, calcio, fósforo, hierro y yodo.

El pescado azul aporta más contenido energético y graso que el pescado blanco

El pescado azul aporta más contenido energético y graso que el pescado blanco, pero cabe destacar que entre sus grasas abunda la presencia de omega 3, ácido graso de calidad. Igualmente aporta proteínas de calidad, buenas dosis de vitaminas B, A y D y minerales como calcio, potasio, sodio y fósforo.

Diferencias y beneficios entre el pescado blanco y azul

El pescado blanco es más bajo en grasas y calorías, pero el azul tiene más proteínas de calidad y absorbe de manera fácil —por ser más graso y calórico— los tóxicos. El pescado azul tiene más grasas, pero destaca por tener una alta proporción de grasas insaturadas, como el omega 3, buenas para el sistema cardiovascular.

La clave está en alternar

Como vemos, ambos pescados aportan muchos beneficios para nuestro organismo y son esenciales para nuestra combinación. ¿Lo mejor? Alternar ambos tipos de pescado en las comidas, durante la semana. Tanto el blanco como el azul son buenos y ambos deben formar parte de nuestra dieta. De hecho, los expertos en nutrición recomiendan comer tres o cuatro raciones de pescado cada semana.