Hoy consideramos el acné como algo normal. Una especie de rito de pasaje de la adolescencia. La mayoría de dermatólogos te dirán que la alimentación no influye en el acné y que es todo fruto de un proceso hormonal. Al fin y al cabo es lo que recogen los textos académicos con los que estudiaron, pero la evidencia científica muestra una realidad diferente.

El acné, y otras enfermedades de la piel, son muy comunes en las sociedades desarrolladas, pero eso no implica que sean «normales» para el hombre.

El acné afecta entre el 50 y 90% de los adolescentes occidentales

En estudios donde se analizó la incidencia de acné en poblaciones ancestrales se observa que es una enfermedad extremadamente rara. De 1.200 personas en Kitava (300 de ellos de edades comprendidas entre los 15 y 25 años) y 115 personas en la Tribu Aché, no se identificaron casos relevantes de acné.

Por contrapartida, el acné afecta entre el 50 y 90% de los adolescentes occidentales. Podríamos pensar que es algo genético, pero observaciones de otras poblaciones, como los Inuit, reflejan que cuando comían su dieta tradicional no sufrían acné, hasta que empezaron a adoptar el estilo de vida occidental.

El acné, al igual que otros trastornos , no es parte de la condición humana, es una enfermedad más de la civilización, producida por los cambios radicales del entorno, donde la alimentación juega un papel clave.

Hoy entramos en detalle sobre cómo la alimentación impacta la calidad de nuestra piel, centrándonos en el acné, aunque muchos de los principios son extrapolables a otros problemas frecuentes como dermatitis, psoriasis o eczema.

Acné
Acné

El problema (o la vida de una espinilla):

El proceso general que lleva a la aparición del acné es bien conocido, y se podría resumir en 3 grandes fases:

  • Bloqueo del poro, creando una zona interna sin oxígeno.
  • Infección bacteriana, que prolifera gracias a este entorno anaeróbico.
  • Inflamación, iniciada por el cuerpo para luchar contra la infección.

La idea que muchos dermatólogos transmiten de que no hay relación entre el acné y la alimentación está basada en ciencia anticuada. Sin duda las hormonas juegan un papel clave, pero recordemos que la alimentación ayuda a equilibrarlas.

Las cremas apropiadas y otros tratamientos pueden ser útiles, pero rara vez solucionan el problema de fondo.

Si sufres de acné (u otros problemas de piel) es recomendable seguir los siguientes pasos durante un mes:

  • Eliminar todos los productos industriales, carbohidratos refinados y azúcares, por su alto impacto en la insulina e IGF-1 (entre otros problemas).
  • Limitar la leche, incorporando algo de kéfir de calidad por su papel probiótico.
  • Eliminar los cereales en todas sus formas (harinas, pan, pastas, galletas, bollería,  etc).
  • Eliminar alimentos ricos en Omega 6 (aceites vegetales, margarinas, nueces…).
  • Incluir un suplemento de Omega 3 y quizá un probiótico. Si es invierno y/o tienes poca exposición al sol, considera también un suplemento de vitamina D. El caldo de huesos y la glutamina pueden ayudar a mejorar la barrera intestinal. Beber té verde.
  • Añadir alimentos ricos en vitamina A. Por ejemplo comer hígado un par de veces a la semana es una excelente opción.

Muchas personas han logrado cambios importantes en poco tiempo de esta manera. En función de tu resultado, y de cuánto eches de menos alguna comida, añade poco a poco más lácteos o cereales menos problemáticos. Según tu reacción irás detectando a qué alimentos eres especialmente sensible.

Y termino con una buena noticia, a día de hoy la evidencia apunta a que el chocolate de calidad no está asociado con el acné :), pero puede ser otro de esos alimentos donde hay niveles individuales de tolerancia.