Barcelona ha sido siempre una ciudad de rivalidades: que si culés y pericos, que si liceístas y cruzados, que si Ciutat Vella y los pueblos del llano... Pero la rivalidad máxima tiene que ver con sus patronas y como hoy es 24 de septiembre, día de la Mercè, dedicamos este Barcelona Exprés a hablar del antagonismo histórico entre Santa Eulàlia y la Virgen de la Mercè.
Hay que recordar que Barcelona todavía tiene una tercera patrona, Santa Madrona, pero claramente ha perdido comba ante la Lali y la Mercè. De Santa Eulàlia ya explicamos en un vídeo anterior que hay dudas sobre su existencia, pero de lo que no hay ninguna duda es que su devoción continúa bien viva entre los barceloneses hasta el punto que, si llueve por la Mercè, siempre se dice aquello de que no llueve, es Santa Eulàlia que llora.
Esta incidencia meteorológica refleja una realidad: Santa Eulàlia es percibida por muchos barceloneses como la auténtica patrona, y de hecho, hasta 1687 no tenía la competencia de la Virgen de la Mercè, cuando fue inicialmente nombrada copatrona. En todo caso, la Mercè también tiene sus defensores, porque su relación con Barcelona también se cuenta en siglos, desde que en 1218, esta advocación de la Virgen se apareció al rey Jaime I para crear la orden de los mercedarios, en esta misma ciudad. Es decir, la Mercè es tan barcelonesa como Eulàlia, que, por cierto, según la tradición era de Sarrià.
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Ahora bien, en este conflicto religioso no se puede excluir una cuestión política: durante el asedio de 1714, Santa Eulàlia se convirtió en el símbolo de los defensores de la ciudad, hasta el punto que Rafael Casanova fue herido mientras blandía su bandera. Por eso mismo, la represión borbónica castigó a Santa Eulàlia, de manera que la Mercè ganó peso, que acabó de consolidarse en 1868 cuando el papa Pío IX ratificó a la Virgen de la Mercè como patrona y todavía un poco más en 1871 con la celebración de la primera fiesta mayor de Barcelona, dedicada a la Virgen de la Mercè.
Desde entonces que la imagen de la Fiesta Mayor ha estado siempre asociada a la Mercè, o para ser más respetuosos, la Virgen de la Mercè, una advocación de la virgen a menudo explotada como icono de una Barcelona folclórica alejada de implicaciones catalanistas. En todo caso, actualmente Barcelona celebra dos patronas y, también dos fiestas mayores, ahora la de la Mercè y en febrero la de Santa Eulàlia. Tampoco está tan mal.