Después de constatar la imposibilidad de sacar adelante la aprobación de los nuevos presupuestos para el año 2016, el equipo de gobierno de Barcelona en Comú ha optado esta mañana por desconvocar el pleno extraordinario que hoy a las 13h tenía que debatir la modificación presupuestaria para el 2016.

Según BComú, el objetivo del aplazamiento es seguir con las conversaciones con los grupos municipales con el fin de garantizar los apoyos necesarios para sacar adelante la ampliación de la actual prórroga presupuestaria.

En todo caso, este aplazamiento constata lo que ya se preveía, que los acuerdos con ERC y PSC, no suman bastantes concejales para sacar adelante una propuesta que se ha ido al garete después del 'no' de la CUP. 

Debilidad de BComú

La misma convocatoria ya era por sí misma una muestra de la debilidad de BComú al frente del Ayuntamiento, ya que las cuentas municipales de este año no son más que las del 2015 prorrogadas, precisamente porque a finales del año pasado no hubo capacidad política para llegar a un acuerdo con las otras fuerzas.

La modificación de crédito que finalmente no será sometida al pleno preveía incorporar a los Presupuestos del 2016 un incremento neto de recursos de 275 millones de euros, llegando a unas cuentas cifradas en 2.549,4 millones de euros totales. En concreto, la ampliación presupuestaria sitúa los gastos corrientes en 2.146,9 millones –133 más que el Presupuesto inicial de 2015– y una inversión total de 402,4 millones, 45,4 más que la inicial del año pasado, aprobado por el gobierno municipal del exalcalde Xavier Trias.

Pisarello y CUP se emplazan

"Cada semana que pasa es más complicado ejecutar un presupuesto", ha advertido este mediodía el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Es en este sentido que ha justificado que se han calendarizado unas negociaciones con la CUP que, si bien los cuperos descartan que pueda permitir el viernes la aprobación de las cuentas, debería acelerar los encuentros. "Serán reuniones intensas prácticamente cada día", ha concretado la concejala anticapitalista María José Lecha.

El hilo a la aguja se ha puesto ya esta mañana, donde Lecha dice que han detectado un cambio de actitud por parte de los comunes. "Se han acercado más a comprender porque habíamos dicho que no", ha admitido, al tiempo que ha advertido de que "hay que ser flexible, pero no lo decidimos los concejales", en referencia a que la última palabra la tienen las 13 asambleas locales de la organización en la ciudad.

ERC y PSC: "Increíble"

"Estupefactos". Así ha definido Alfred Bosch el recibimiento que ha tenido en las filas republicanas la negativa de la CUP a facilitar la aprobación de las nuevas cuentas para el 2016. "Llevamos meses hablando de ello y no hay manera", se ha quejado.

La apelación a la responsabilidad que ha hecho el líder de ERC en Barcelona, ​​la ha compartido el socialista Jaume Collboni con un punto de diferencia: ha pedido la ampliación de las negociaciones a otros grupos. Para Collboni "hay un gran espacio central que permite hacer grandes acuerdos de ciudad", y "no tiene ningún sentido que en medio de una crisis, una administración con cuentas saneadas como Barcelona, ​​tenga que guardar dinero en el cajón por falta de acuerdo entre los grupos ".

El retraso de esta fase también es una mala noticia para la calle Nicaragua, que se ha marcado negociar la entrada al gobierno una vez se hayan sacado adelante unos nuevos presupuestos. "Pantalla por pantalla", ha remarcado el socialista desde la sala de grupos del consistorio.

Autoritarismo

"Tenemos un gobierno que no habla con el principal partido de la oposición. Están sentados en el autoritarismo, en la arrogancia ideológica. Hacer que las cosas vayan adelante no es hablar de puntuales modificaciones de crédito, sino que llevamos la ciudad. como luchamos contra el paro, como generamos actividad económica, en vez de estar obsesionados con el decrecimiento ", ha reivindicado el jefe municipal de CiU, Xavier Trias.

Para Trias, desde Barcelona en Comú "se envuelven y confían con la CUP, que llevan a situaciones límite y desastres". Y ello, ha considerado que "no es la manera de hacer las cosas", criticando que a su grupo no se le haya llamado nunca para hablar de las cuentas.

En cuanto a los populares, Alberto Fernández Díaz, ha querido desmarcarse de lo que dice que es una voluntad general de negociar con Colau. "Mi planteamiento es que la oposición trabajamos para echar la alcaldesa. Basta de la situación que está viviendo Barcelona", ha subrayado, sintetizando con una necesidad de "ordenar".