Aunque a finales de abril se dio por inaugurada la gran reurbanización de la plaza de les Glòries Catalanes de Barcelona, lo cierto es que todavía quedan partes por ejecutar, principalmente en su lado montaña, donde más arriba del espacio ocupado por la Gran Clariana todavía hay varias actuaciones pendientes. De hecho, las entidades vecinales del entorno -barrios del Fort Pienc, la Sagrada Familia, el Clot y el Camp de l'Arpa del Clot-, ya advirtieron, en el marco de la inauguración, que la plaza de les Glòries no estaba acabada "ni mucho menos", y que el principal ámbito todavía sin resolver era el frontal de la calle del Consell de Cent.

De hecho, en la acera mar de esta calle, entre Cartagena e Independència, sobreviven varias edificaciones históricamente vinculadas al antiguo mercado de los Encants que en buena parte están destinadas a ser derribadas, para completar como nuevos espacios de zona verde el proyecto integral de les Glòries. Ahora bien, también hay previsto que en esta zona haya equipamientos y, precisamente por eso, una de las construcciones que se salvará de la piqueta es un viejo edificio industrial, la antigua Farinera Ceres, popularmente conocida como Casa del Sucre, que será rehabilitada para vivir una nueva vida como equipamiento comunitario del barrio del cual forma parte, el de la Sagrada Familia. Esta es su historia.

Casa del sucre / Foto: Carlos Baglietto
Fachada principal de la gran nave superviviente de la harinera La Ceres Catalana, en la calle de Cartagena  / Foto: Carlos Baglietto
Casa del sucre / Foto: Carlos Baglietto
La Casa del Sucre desde la calle del Consell de Cent / Foto: Carlos Baglietto

La actual plaza de les Glòries se sitúa en un espacio históricamente cruzado por el camino que llevaba desde la Barcelona amurallada hasta el collado de Montcada -la carretera de Ribes- y surcado por el Rec Comtal, la principal vía de captación de agua hasta la época moderna. Estas dos circunstancias -un vial transitado y un curso de agua- hicieron que en la zona se instalaran molinos harineros, que posteriormente se convirtieron en industrias harineras, como la todavía existente Farinera del Clot, actualmente un importante centro cívico, o, en el caso que nos ocupa, la Farinera La Ceres Catalana, que fue construida en 1893, con fachadas en la calle Consell de Cent y Cartagena y captación directa del agua del Rec Comtal.

El probable origen del nombre popular

El complejo constaba de varios edificios, algunos de los cuales han desaparecido, pero principalmente permanece en pie la gran nave de tres plantas y tejado en dos aguas que conformaba el nucleo principal de la factoría. La harinera Ceres estuvo activa hasta el año 1959, cuando la empresa se declaró en bancarrota, y posteriormente las instalaciones fueron utilizadas por otras empresas, como un fabricante de tubos metálicos y, a partir de 1968, la empresa Acondicionamientos y Envasados, S.A., dedicada al envasado de productos alimenticios, especialmente de cereales, legumbres, azúcar y fruta seca y donde se situaría el probable sobrenombre de fábrica o Casa del Sucre. Posteriormente, tuvo usos de almacén a la espera de definir el grado de afectación de la reforma integral de la plaza de las Glòries.

Precisamente, en el contexto de la reforma integral de toda esta gran plaza era cuestión de tiempo que llegara el momento de definir el futuro de la Casa del Sucre, y el año 2023 ya se empezó a estudiar su uso como equipamiento, con la elaboración de un proyecto básico de rehabilitación que ahora el Ayuntamiento de Barcelona ha empezado a concretar con la intención de poder encargar este otoño un proyecto ejecutivo que convierta las edificaciones en un complejo de equipamientos que alojará un nuevo Espaci Jove y otros usos y servicios como espacios para los Castellers de la Sagrada Familia, un esplai y el Club petanca La Cènia.

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Imagen virtual del edificio rehabilitado / Foto: AjBCN
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Imagen virtual de un ensayo casteller en el interior de la Casa del Sucre / Foto: AjBCN
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La Casa del Sucre tendrá espacio para las artes escénicas / Foto: AjBCN

Así, según informó el consistorio a mediados de agosto, el edificio albergará un Espaci Jove, destinado a adolescentes, con salón de actos para realizar diferentes tipos de actividades: desde conciertos de pequeño formato en charlas, presentaciones, y salas talleres, entre otros. También habrá espacios y servicios singulares, como el Espai de Castellers, de circo y sala polivalente, un espacio compartido destinado a la formación, entrenamiento y apoyo a la creación en técnicas de circo; y para el uso social y de entrenamiento de los Castellers de la Sagrada Familia. También habrá espacio para un esplai, una zona pensada para el Agrupament Escolta Antoni Gaudí donde se llevarán a cabo las actividades propias de un esplai con grupos de entre 5 y 16 años y monitores voluntarios, y el espacio de apoyo al Club de petanca la Cènia, dotado de armarios para almacenaje de material y sillas.

La construcción que se rehabilitará para acoger equipamientos comunitarios es la nave original, de 1893 y su ampliación, de 1910. Ocupa en planta unos 612,65 m² y tiene una superficie construida de 1.875,25 m². Aunque el edificio no se encuentra incluido dentro del "Catálogo de Patrimonio de la Ciudad de Barcelona", la edificación existente se mantiene y se preserva su valor patrimonial e histórico. El Ayuntamiento de Barcelona trabaja con el objetivo de acabar el mandato con proyecto ejecutivo, y que la licitación de las obras y la construcción del equipamiento se haga durante el mandato 2027-2031.