La ronda del Mig de Barcelona, que une en un trazado de catorce kilómetros la zona portuaria de la Zona Franca con la avenida Meridiana, mantiene todavía un tramo con fisonomía de autopista urbana en el distrito de Les Corts donde tiene el nombre de Gran Via de Carles III, entre las calles de Mejía Lequerica y Dolors Masferrer y la plaza de Prat de la Riba, con un tramo de unos 850 metros donde la ronda transcurre en trinchera, dificultando la permeabilidad y la conectividad de los barrios. Eso ha provocado un movimiento vecinal a favor de su cobertura, una demanda que, a pesar de tener el apoyo de algunos grupos políticos, ha sido descartada por el Ayuntamiento de Barcelona a causa de su coste económico.

Así lo han confirmado fuentes municipales a ElNacional.cat poco después de que Betevé adelantara que el actual gobierno de Barcelona dejaba en el cajón las intenciones de cubrir este tramo de la ronda del Mig. La decisión se fundamenta en las conclusiones de los informes técnicos sobre la transformación de la ronda del Mig, donde se concluye que "estudiados los requerimientos técnicos, el coste económico y el impacto en la movilidad que comportaría esta actuación, actualmente no es viable". Las mismas fuentes indican, sin embargo, que la voluntad del consistorio es seguir trabajando para convertir la ronda en "una calle integrada en la ciudad con el objetivo de mejorar la calidad del espacio y los aspectos ambientales de la vía".

Para contextualizar, la existencia de este tramo de autopista urbana separa los tres barrios del distrito —Les Corts, Pedralbes y la Maternitat i Sant Ramon— y coincide con el cruce de la Diagonal en la plaza de Maria Cristina, convirtiéndose en uno de los puntos con más tráfico de la ciudad de Barcelona, con un total de veintisiete carriles de tráfico y, a consecuencia de eso, con más contaminación, tanto atmosférica como acústica. Todo este cúmulo de circunstancias hizo que un grupo de vecinos de la zona se constituyeran, en enero de 2024, en la asociación vecinal Millorem Barcelona, una entidad que promueve, explícitamente, "mejorar la calidad de vida del vecindario y de la ciudad mediante la cobertura de la ronda del Mig, entre la calle Mejía Lequerica y la plaza Prat de la Riba".

La actual situación hace que sobre el terreno la problemática sea palpable con un ruido intenso y continuo que acompaña al peatón en el trayecto por la Gran Via de Carles III entre la calle Mejía Lequerica y la plaza de Prat de la Riba, con algunos tramos con una complicación añadida: la estrechez de las aceras.