La movilidad del futuro, y ya en el presente, debe ser sostenible, para lo cual, además del camino hacia el coche eléctrico, u otras tecnologías que descarbonicen el sector, hacen falta más y mejores alternativas al coche privado. Desde un transporte público de calidad a más opciones de transporte compartido. Una de estas opciones deben ser las VTC, como ha reivindicado el sector, porque además de existir la demanda, generan puestos de trabajo y, sobre todo, contribuyen a la movilidad sostenible con grandes flotas de coches eléctricos.
Estas son algunas de las conclusiones de la quinta entrega de FOCUS ON, en la cual, bajo el título ‘El futuro de la movilidad: tecnología, sostenibilidad y ciudades’, han debatido Manel Nadal, secretari de Mobilitat i Infraestructures de la Generalitat, Manuel Puga, CEO de Avomo, Lídia Montero, responsable de Smart Mobility dentro del laboratorio InLab FIB, de la UPC, y Josep Nadal, mánager del Clúster de la Indústria d'Automoció de Catalunya (CIAC).
El debate ha tenido en el futuro de las VTC en Catalunya el punto más vibrante, ya que nos encontramos a las puertas de una nueva legislación para regular al taxi y los vehículos de transporte con conductor, y el FOCUS ON ha sentado en el mismo plató a un representante del sector, Manuel Puga, y a uno de los máximos responsables de la ley, Manel Nadal. Ambos han chocado por la restricción de licencias VTC, aunque Nadal ha admitido la aportación de algunas empresas del sector a la movilidad sostenible.
El secretario de Mobilitat i Infraestructures ha avanzado que están en fase de redacción de la llamada ‘ley del taxi’, que se prevé que se presente al sector antes de acabar mayo y entre en trámite parlamentario en junio. En cuanto al contenido, ha dicho que “las VTC no desaparecerán, se mantendrán”, y también se regularán “por temas ambientales, por temas de congestión, etc.”. De cara al futuro, las VTC irán perdiendo peso, porque si hay que incrementar la oferta, se hará con taxis, que tienen una obligación de dar servicio y precios fijados por ley.
Manuel Puga ha respondido con contundencia: “Estamos preocupados porque la sostenibilidad, además de estar en el terreno del coche eléctrico, también debe estar en el de la generación de empleo y de prestación de servicio a los ciudadanos. Nosotros en Barcelona, hoy tenemos a más de 1.000 personas trabajando en nuestra compañía y estamos francamente preocupados porque, si al final se nos restringe el acceso a los usuarios, tendremos que hacer más pequeño nuestro negocio y, por tanto, realizar un ERE muy importante”.
El CEO de Avomo, que trabaja con coches eléctricos, hasta el punto de que ha construido electrolineras para poder cargarlos, ha defendido que hace falta más oferta: “Hoy en Barcelona el servicio conjunto de taxi y VTC es necesario. De vez en cuando vemos que hay colapsos en eventos puntuales, o en la hora punta de salida de Sants cuesta encontrar el servicio que se demanda. Por tanto, pensamos que ofrecemos un servicio conjunto, como en muchas otras ciudades, que es necesario y, sobre todo, que la gente utiliza. Nosotros no tenemos ningún VTC que circule vacío, porque sería un contrasentido: económicamente sería un desastre y además congestionaríamos la ciudad”.
En cuanto al precio, Puga ha reprochado a Nadal que si hay menos oferta, subirá el precio, y ha lamentado que no se tengan en cuenta los esfuerzos del sector por la sostenibilidad: “Hacemos inversiones para poder descontaminar la ciudad, descongestionarla, e incluso, allí donde no somos capaces de encontrar infraestructura pública, invertimos en infraestructura de recarga, compramos coches eléctricos y tenemos un compromiso absoluto de no emitir en 2027. Creo que somos parte de esta solución”.
El momento de la movilidad sostenible
El debate sobre las VTC se ha producido en la segunda mitad del FOCUS ON, que ha arrancado con un diagnóstico de cómo ven la movilidad sostenible los invitados. Para Manel Nadal, “es una necesidad y una oportunidad, porque la necesitamos para mover personas, para mover mercancías, pero en estos momentos tiene efectos negativos la congestión, la contaminación, etcétera, y si no vamos hacia la movilidad sostenible, las nuevas generaciones vivirán peor que nosotros. Y es una oportunidad porque podemos incrementar la calidad de vida de las generaciones futuras, podemos crear una economía más sostenible”.
Para Lídia Montero, responsable de Smart Mobility dentro del laboratorio InLab FIB, de la UPC, “es imperioso” avanzar hacia la sostenibilidad, y reclama “cambios sistémicos importantes de tal manera que se reduzca la dependencia de los combustibles fósiles”. Josep Nadal, mánager del CIAC, ha apuntado que “debe ser a largo plazo y atender las necesidades no solo de los ciudadanos, sino también de las empresas”.
“Nosotros no entendemos una movilidad que no pueda ser sostenible. Los tiempos nos obligan a ir en esa dirección. Como compañía, tenemos el plan de alcanzar cero emisiones antes de 2027, mucho antes que cualquier otra meta reguladora. Hoy en día, más de la mitad de los kilómetros que hacemos en algunos puntos son 100% eléctricos. Siempre hemos pensado que, haciendo más de un millón y medio de kilómetros al día, no podíamos permitirnos no ser sostenibles”, ha dicho Manuel Puga.
En este camino, todos los participantes han coincidido en la necesidad de fortalecer la colaboración público-privada. “Tenemos que construir un futuro juntos, y las administraciones tienen un papel fundamental a la hora de establecer regulaciones y gestionar las ciudades. Por mi parte, creo que las empresas debemos ponernos al servicio de las administraciones para poder ofrecer, conjuntamente con ellas, soluciones”, ha dicho el CEO de Avomo.
Josep Nadal ha explicado que desde el CIAC han creado la Fundació Movem, en la cual la Generalitat tiene dos sillas y que cuenta también con otros clústers vinculados a la movilidad, para colaborar y buscar una visión de 360 grados. “A nivel europeo, hay mucha envidia hacia Catalunya, en el buen sentido, porque somos capaces de unir y de atraer muchas inversiones. Hemos visto que la primera planta china se ha instalado aquí en casa nuestra, donde también se instaló en su día la primera planta japonesa”, ha añadido, y ha elogiado el trabajo de la administración, pero también de los centros tecnológicos, las universidades y el ecosistema de innovación.
Lídia Montero ha coincidido en que es necesaria esta colaboración y ha añadido una preocupación: “Es absolutamente imprescindible, y todos los agentes implicados deben tener un consenso y deberían estar alineados en una cierta dirección. A mí lo que me preocupa mucho es que no acaben tomando el control de esta situación las empresas tecnológicas. Me preocupa muchísimo, porque son un pozo incontrolable”.
Manel Nadal ha defendido que ya hay mucha colaboración público-privada. “La estamos practicando. En la alta velocidad, hay operadores privados. En el ámbito del transporte público por carretera de pasajeros, hay un modelo concesional con empresas privadas. El govern de la Generalitat acaba de sacar adelante el plan de impulso del vehículo eléctrico, con 800 millones. Tenemos un instituto de investigación en el ámbito del automóvil, que está funcionando, y en el ámbito de la movilidad hay plataformas de información de datos de movilidad que compartimos con los operadores públicos, con los privados”.
¿Modelo zanahoria u obligación?
Que el futuro debe pasar por la movilidad sostenible es indiscutible para los ponentes, pero también que existen reticencias y que deben superarse. La cuestión es cómo. Manel Nadal apuesta más por la zanahoria que por el palo: “Yo creo que es sobre todo un problema de oferta. Tienes que ofrecer a la gente un modelo de movilidad multimodal, con un buen transporte público, un buen mecanismo de oferta de taxis, de VTC, de bicicletas, etc. A mí me gusta más la zanahoria. Es intentar que la gente evolucione hacia ese modelo más sostenible porque lo ve mejor. Y no el castigo. No debemos volvernos desagradables para la gente”.
Lídia Montero no lo ve igual: “Ojalá, pero soy un poco escéptica. Estoy de acuerdo en que hay que dar muchas opciones, cambiar un poco de paradigma y que sea intermodal: cojo un transporte, llego a un destino, después tomo otro, y tener esa flexibilidad. Pero yo creo que indudablemente lo que hace falta es hacer más amables las zonas metropolitanas y caminar hacia la sostenibilidad”.
Josep Nadal prefiere la zanahoria: “No podemos imponer, siempre hay que proponer. Con esto no tenemos alternativa, debemos poner propuestas sobre la mesa y al final es el usuario quien, a través de su decisión de compra, elige lo que acaba siendo funcional. Eso es indiscutible. Y hay que facilitar que eso sea así, pero debemos entender que las soluciones que se pongan sobre la mesa deben ser sostenibles en el tiempo. Cualquier cosa impuesta difícilmente será sostenible a largo plazo”.
Puga es optimista, “porque estamos en un camino donde cada vez los jóvenes tienden a no tener coche propio, a usar el transporte colectivo”, pero también ve reticencias al cambio. “Debemos trabajar juntos con las administraciones, más allá de las prohibiciones, fomentando nuevos modelos y permitiendo que aquellos servicios que la gente adopta en lugar de su coche privado puedan evolucionar, ganar cuota y territorio, utilizar mejor el espacio público, ser más sostenibles, contaminar menos y fomentar la movilidad compartida”.
El debate abordó otros aspectos, como las trabas a la movilidad sostenible, el riesgo de exclusión rural, repensar las ciudades y el coche autónomo. Podéis ver todas las intervenciones en la grabación completa del debate: