España parece haber olvidado que Europa ha vivido una crisis energética como consecuencia de la devastadora invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero del 2022. En vez de solidarizarse con Ucrania y los otros países de la Unión Europea (UE) y disminuir la dependencia del gas ruso, ha duplicado las importaciones de gas natural licuado (GNL) de dicho país en dos años.

En el 2022, los precios de la energía alcanzaron valores máximos de todos los tiempos. La reducción deliberada de los suministros de gas por parte de Rusia fue la principal causa del gran aumento de los precios del gas en la UE, lo cual también afectó al precio de la electricidad producida en las plantas de gas, así como los precios de gas y electricidad al consumidor final.

Los países de la UE adoptaron unas regulaciones de emergencia para abordar los altos precios y ayudar a los ciudadanos y las empresas más afectadas por la crisis energética.

Como consecuencia de esta regulación y de las políticas de la UE para ayudar a disminuir la dependencia al gas, España logró disminuir en un 14% la demanda de gas desde el año 2021 al 2023, según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES).  El país ha continuado utilizando más fuentes renovables para producir electricidad y el clima ha favorecido, ya que la temporada de calefacción ha sido menor de lo esperado.

Sin embargo, nos cuestionamos la razón por la cual España ha necesitado incrementar su dependencia al GNL ruso. Mientras que, en el año 2021, las importaciones de GNL ruso representaban el 9% de la matriz del total de las importaciones de GNL y de gas por gasoducto, sorprendentemente en el 2023 ese valor se duplicó al 18%, y fue la tercera fuente de importación después de Argelia (29%) y Estados Unidos (21%).  

En los dos últimos años las importaciones de gas por gasoducto disminuyeron un 37% y las importaciones de GNL incrementaron un 22%.  Las importaciones por gasoducto de Argelia disminuyeron un 39%, mientras que las importaciones de GNL de Estados Unidos aumentaron 37% y las de GNL ruso aumentaron un 100%.  Aunque Estados Unidos duplicó sus exportaciones de GNL a España desde el año 2021 al 2022, en el 2023 esos volúmenes disminuyeron un 37% con respecto al 2022.

Las importaciones crecen en gran medida por los contratos firmados entre empresas internacionales con empresas dueñas de proyectos de gas rusos

Aunque hay un movimiento en el continente para prohibir las importaciones de GNL ruso, tanto España como Bélgica y Francia parecen hacer caso omiso y continúan dependiendo de esta fuente. Ello se debe en gran medida a los contratos firmados entre empresas internacionales con empresas dueñas de proyectos de gas rusos.

Rusia cuenta con varias plantas de gas natural licuado y entre ellas se encuentra Yamal LNG que está ubicada en el noreste de la península de Yamal, en la costa de la bahía de Obi en el noroeste de Siberia. La planta tiene una capacidad de 17,4 millones de toneladas por año (MTPA) de GNL.

Según el Grupo Internacional de Importadores de GNL, GIIGNL, la empresa española Naturgy, dedicada a la generación, distribución y comercialización de energía y servicios, tiene un contrato firmado con Yamal LNG para importar 2,5 MTPA de GNL hasta el año 2038. Y, a su vez, Naturgy tiene contratos de portafolio (cartera) con Endesa por 0,75 MTPA, con la empresa de electricidad puertorriqueña Puerto Rico Electric Power Authority (PREPA) por 1,47 MTPA y con Repsol por 0,70 MTPA.

A medida que España, así como Bélgica y Francia, continúe importando GNL ruso, existe el riesgo de que parte de ese gas pueda ser transitado a otros países europeos que han decidido disminuir o detener por completo la dependencia al gas ruso.