Nueva variación en el precio de los alimentos. En enero, y como dato positivo para la población, los valores mundiales de los alimentos descendieron por décimo mes consecutivo, tal y como ha informado esta misma mañana la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). La institución ha lanzado sus previsiones sobre el suministro de los cereales, el cual seguirá siendo escaso a lo largo del presente ejercicio.

La economía sigue inmersa en un proceso de desescalada del precio de los alimentos. Pese a que los indicadores aún siguen reflejando cotas elevadas, estos parecen que están empezando a responder al endurecimiento monetario llevado a cabo por los principales bancos centrales. De hecho, el pasado miércoles y durante la jornada de ayer, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo llevaron nuevas subidas de tipos de interés, las cuales fueron de 25 puntos básicos y de 50 puntos básicos, respectivamente. En el caso de la institución monetaria, esta advirtió de una nueva subida de las tasas de interés de 0,50% para marzo, debido a la “presión de la inflación subyacente”.

Y es que el precio de los alimentos se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza para la mayoría de naciones de todo el mundo. La FAO, que sigue la evolución mensual de los precios internacionales de una cesta de productos, registró una media de 131,2 puntos en enero, un 0,8% menos que el pasado diciembre. En la misma línea, el indicador ha registrado un descenso cercano al 18% con respecto a los precios máximos alcanzados el pasado marzo de 2022.

Pese a que el valor de productos como la leche, aceite o azúcar, entre otros, ha ido cediendo, es evidente de que estos aún se manejan en cotas elevadas. La Organización destaca que los precios de los aceites vegetales, los productos lácteos y el azúcar impulsaron el descenso de enero, mientras que el de los cereales y la carne se mantuvieron prácticamente estables.

El arroz, el producto que más se encarece en enero

El precio de los cereales mantuvo una tendencia lateral en enero, registrando un ligero ascenso del 0,1% con respecto al mes anterior. Pese a esto, el precio de esta materia prima mantiene un alza cercana al 5% en relación con el precio que marcaba hace tan solo un año.

Otros productos que, como los cereales, registraron nuevas alzas fueron el maíz y el arroz, siendo el segundo uno de los productos alimenticios cuyo valor más ha crecido en el último mes. El arroz registra un alza del 6,2% con respecto a diciembre de 2022.

Por su parte, los precios internacionales del trigo bajaron un 2,5%, debido a que la producción en Australia y en la Federación Rusa superaron las expectativas.

Los aceites vegetales lideran los descensos

En línea con los descensos del trigo, los aceites vegetales cedieron cerca de un 2,40%. Los de palma y los de soja bajaron en medio de una moderada demanda mundial de importaciones. Por su parte, los de girasol y de colza disminuyeron a las amplias disponibilidades para la exportación, tal y como especifica la Organización.

Además de los aceites vegetales, otros productos que también mostraron variaciones a la baja fueron los lácteos (-1,4%), el azúcar (-1,1%) y los de la carne (-0,1%). Pese a que son correcciones ligeras, sí resultan esclarecedoras estando en un contexto como el actual. El endurecimiento monetario tarda una media de entre cuatro y seis meses en tener efecto sobre los precios de los productos alimenticios. Parece que estos ya están comenzando a registrar descensos pese a que aún mantienen uno niveles excelsos.

La FAO eleva su previsión sobre la producción de cereales

Además, en su último informe sobre la oferta y la demanda de cereales, publicado hoy, la FAO elevó su previsión para la producción mundial de cereales en 2022 a 2.765 millones de toneladas, un 1,7% por debajo de los resultados de 2021.

Para 2023, la FAO indicó que los primeros indicios apuntan a un probable aumento de la superficie de cultivo de trigo de invierno en el hemisferio norte, especialmente en EEUU, mientras que se estima que las graves repercusiones de la guerra en Ucrania reducirán las plantaciones de trigo de invierno en un 40 %.

En el hemisferio sur, Brasil podría registrar un récord de siembras de maíz, mientras que las de Argentina podrían disminuir debido a los bajos niveles de humedad del suelo.

La FAO pronostica que la utilización mundial de cereales en 2022/23 disminuirá un 0,7% con respecto al año anterior, para ascender a 2.779 millones de toneladas, con una bajada de la del maíz, mientras que aumenta la de trigo y la de arroz varía poco de un año a otro.

La previsión para las existencias mundiales de cereales se sitúa en 844 millones de toneladas al final de la campaña comercial, con lo que la relación existencias/utilización mundial para 2022/2 se reduce al 29,5%. 

Poco a poco parece que los alimentos van cediendo. Pese a que los niveles actuales siguen siendo elevados, el valor global de los productos alimenticios cede por décimo mes consecutivo y ya se alejan en un 18% de su máximo histórico registrado en marzo de 2022, un mes después de que brotase el conflicto armado en Ucrania.