El Bitcoin ha echado el ancla en la última semana. Lo que, hasta ahora, parecía un camino de rosas para la criptomoneda más valiosa del mercado, se ha convertido en un regreso a los descensos. La actualidad macroeconómica y las proyecciones dadas por los principales bancos centrales del mundo sobre sus políticas monetarias han traído consigo la vuelta a la tendencia negativa, no solo en el Bitcoin, sino en la mayoría de las principales criptomonedas. Y es que, como el mercado vio durante el anterior ejercicio, y como los expertos advirtieron a finales de 2022, la presión inflacionaria, unida a progresivas subidas de tipos de interés de la Reserva Federal, del BCE… son una de las principales losas para el criptomercado.

Pese a que el Bitcoin ha salvado las primeras subidas de tipos de interés de 2023, las estimaciones sobre un endurecimiento mayor en los próximos meses han hecho que los inversores vuelvan a activar las alarmas, por lo que pudiera pasar. Es por ello por lo que, en la última semana, el BTC muestra una caída cercana al 8%, siendo esta la peor de lo transcurrido en 2023. Pese a que la cripto mantiene el tirón alcista desde principios de año (+60%), los últimos días han estado marcados por los descensos y el temor a unas alzas de tipos de interés mayores a lo esperado.

El Bitcoin cotiza por debajo de los 25.000 euros

Por el momento, el Bitcoin se mantiene por debajo de los 25.000 euros, retornando a los niveles que marcaba hace un mes, en medio del estallido de la crisis bancaria de Estados Unidos. De hecho, las turbulencias de la banca en el país americano, así como el desplome de Credit Suisse, se ha convertido en el catalizador del Bitcoin. Como explicó ON ECONOMIA, los inversores han vuelto a mirar al BTC como un valor refugio en un momento en el que los mercados de renta variable no han respondido debido al temor y las dudas que copan el ambiente.

Ahora que la certidumbre está retornando a los parqués bursátiles, el Bitcoin vuelve a mostrar flaquezas. Y es que, los inversores se respaldaron en la criptomoneda debido a que ha sido uno de los pocos activos alcistas en un entorno en el que los descensos han protagonizado varias sesiones.

La Reserva Federal de Estados Unidos adelanta nuevas subidas de tipos

Pese a ello, los comentarios que varios miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos han hecho esta semana han volcado la dinámica alcista que presentaba el Bitcoin. ON ECONOMIA informó el pasado 18 de abril que el BTC estaba entrando en un proceso de estancamiento, el cual ponía en peligro el asalto a los máximos de 2022. Unos días más tarde, parece que ese parón se ha confirmado. Y es que Loretta Mester, presidenta de la Fed en Cleveland, advirtió el pasado jueves de que el banco central de Estados Unidos va a llevar una política monetaria aún más restrictiva. La directiva comentó que los tipos de interés deben subir por encima del 5% para proseguir con la labor de rebajar el IPC hasta el 2%.

Anticipo que la política monetaria deberá moverse un poco más hacia territorio restrictivo este año, con las tasas de fondos federales moviéndose por encima del 5%...”, fueron las palabras de Mester. Este comentario acerca del entorno monetario de EE.UU. ha hecho que el mercado de las criptomonedas se tiña de rojo ante la afirmación de lo que parecía un secreto a voces. Y es que la Fed volverá a sacar el puño de hierro el próximo 4 de mayo, elevando los tipos de interés tras el alza (más corto de lo estimado por la crisis financiera) que la institución llevó a cabo en marzo. La única duda reside en sí la subida será de 25 puntos básicos o de 50.

Sea como fuere, el mercado cripto ya sabe que las intenciones de la Fed, como también las del BCE, es volver a subir los tipos de interés. Ambos bancos centrales han dejado claro que los niveles actuales de inflación siguen siendo elevados en ambos territorios, lo que ‘obliga’ a las instituciones monetarias a volver a endurecer sus políticas. Todo ello después de la eclosión de las turbulencias financieras vistas en marzo, las cuales hicieron que, tanto Fed, como BCE, entonasen un mensaje más cauto.

Los miembros del BCE abogan por subir los tipos a un ritmo similar al actual

Al otro lado del Atlántico, los oradores del Banco Central Europeo más conservadores dejaron claro que son necesarias más subidas de tipos de interés, sobre todo para contener la inflación subyacente. Philip Lane, economista jefe del organismo bancario, expresó que “si persiste el escenario de referencia subyacente a las proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del BCE de marzo, será apropiado elevar aún más las tasas”. Klaas Knot, gobernador del Banco Central de Países Bajos, afirmó que no le disgustaría una subida de tipos del 0,75% en la reunión de mayo. Es decir, todo apunta a que las tasas de interés serán aún más restrictivas.

Estas proyecciones pesan sobre el Bitcoin, que, como cualquier otro activo de inversión, cotiza en función del entorno macroeconómico, las proyecciones sobre la política monetaria, o el sentimiento del mercado. Con unas estimaciones de subidas de tipos a uno y otro lado del Atlántico, el bolsillo de los inversores se volverá a apretar, lo que podría ralentizar la escalada del Bit.

Esta semana se aprobó la Ley MiCA

Por otro lado, el mercado de las criptomonedas dio un paso más allá el pasado 20 de abril, cuando el Parlamento Europeo dio luz verde a la Ley MiCA, la primera referencia reguladora del mercado cripto. Pese a que esta decisión cayó con optimismo entre empresas, Gobierno e inversores, MiCA no catalizó las alzas en ninguno de los principales activos del mercado. De hecho, desde su aprobación, el Bitcoin ha cedido más de un 5%.

Esta norma llega para darle más solidez, credibilidad, transparencia y rigor a un sector que lo venía demandando desde hace años. 2022 evidenció que las criptomonedas necesitaban de una regulación amplia, que comprenda todos los detalles de la industria y, sobre todo, que dotase de solidez y tranquilidad a los inversores. Pese a que la ley ha sido bien acogida por las plataformas de la industria cripto, esta tampoco ha sido un revulsivo en la valoración de los activos.