El primer trimestre de 2023 ya ha expirado y, para el Bitcoin, ha pasado a ser el mejor desde el que firmase en entre enero y marzo de 2021, en pleno ‘boom’ de las criptomonedas. El activo creado por Satoshi Nakamoto se ha encaramado a la tendencia alcista en los tres primeros meses de un ejercicio que, pese a parecer algo más tranquilo que los anteriores, se ha complicado con el estallido de una crisis financiera que todavía hoy se deja sentir en los mercados tradicionales. Todo ello sumado a la presión ejercida por los bancos centrales, que mantienen su objetivo de irradiar la elevada inflación con más subidas de tipos de interés.

Pese a la complejidad del entorno económico, el Bitcoin ha firmado el que es uno de sus mejores trimestres de la historia. La criptomoneda reina ha logrado crecer más de un 65% desde principios de año, siendo este trimestre el tercero más alcista de la corta vida del Bit. Solo el cuarto trimestre de 2020, cuando el BTC emergió un 190%, y el primer trimestre de 2021, cuando el activo se revalorizó un 78%, superan el firmado por la cripto más valiosa del sector. Pese a que el crecimiento es menor, este tiene un peso más relevante que los anteriores, ya que el Bitcoin venía de cerrar el año más negro de la industria de las criptomonedas.

La coyuntura económica, en la que las subidas de tipos de interés y una inflación disparada se unieron, junto a los problemas estructurales del sector, llevaron al Bitcoin a cerrar un 2022 bajista. Con tales antecedentes, lo que menos esperaba el mercado era ver un crecimiento tan abrupto como el que la criptomoneda ha logrado cosechar. Parece que el optimismo ha regresado a la industria de las criptomonedas, y más con el estallido de la crisis financiera.

El Bitcoin empezó con buen pie el año ante la posibilidad de un frenazo de las subidas de tipos

Desde principios de año se vio a un Bitcoin creciente, marcando importantes alzas pese a que el contexto económico siguió, y continúa, estando apretado. Pese a ello, los augurios de que la Reserva Federal de Estados Unidos iba a rebajar el ritmo de las subidas de tipos se convirtieron en un catalizador para la criptomoneda reina. Los inversores entendieron que, unas menores subidas de tipos de interés son un síntoma de mejora económica, pero, sobre todo, el menor endurecimiento monetario descongestiona la inversión, puesto que aprieta un poco menos el bolsillo de los inversores permitiéndoles apostar más por el activo.

La confirmación de que tanto el Bitcoin, como el resto de criptomonedas, estaba revirtiendo la tendencia negativa vista en 2022 fue cuando se dieron las primeras subidas de tipos de interés de los principales bancos centrales de 2023. A la inversa de lo que ocurrió durante el anterior curso, el Bitcoin creció tras las primeras alzas de tipos de interés del año. Pese a que tanto el BCE, como la Reserva Federal de Estados Unidos, mantuvieron la presión sobre la inflación, el mercado, ante las menores subidas del organismo estadounidense, apreció un cambio de tendencia y una oportunidad.

Tal y como informó ON ECONOMIA a principios de febrero, el Bitcoin repuntó entre un 3% y un 4% a las pocas horas de que los organismos bancarios llevasen a cabo las primeras variaciones monetarias del año. Los ascensos del BTC prosiguieron, llegando a crecer por encima de los 22.700 euros a mediados de febrero. Pese a que el Bitcoin mantuvo una primera fase de dudas, logró mantener la firmeza y cotizar con crecimientos anuales de hasta un 50%.

El Bit se disparó con el inicio de las turbulencias financieras

Tras esto, el Bitcoin encaró marzo por encima de los 22.000 euros y con el ojo puesto en las decisiones de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo. Pese a que las variaciones monetarias de ambas entidades se antojan claves para el BTC, fueron las de la Fed las que más atención levantaron, puesto que Jerome Powell, presidente de la institución estadounidense, manifestó la necesidad de volver a subir los tipos a un ritmo más elevado, ya que el momento era propicio para ello. Powell se respaldó en la solidez del mercado laboral para acometer alzas de tipos más duras. Ante las perspectivas de una subida de tipos de la Fed similar a la del pasado diciembre, los inversores retiraron parte de sus posiciones en el Bitcoin.

Pese a ello, todo cambió el pasado 10 de marzo, cuando surgió la quiebra de Silicon Valley Bank. El desplome de SVB se convirtió en un lastre para las principales entidades bancarias estadounidenses, pero también de Europa. El lunes 13 de marzo se convirtió en una de las sesiones aciagas para los mercados tradicionales, en los que los valores bancarios sucumbieron ante el temor de un efecto contagio que fue a más cuando el pasado 15 de marzo se desplomó Credit Suisse.

El desplome de Credit Suisse magnificó el miedo a un efecto contagio

La caída de la entidad bancaria suiza germinó un temor que, en la actualidad, se mantiene. Pese a que se ha ido mitigando poco a poco, el miedo a una nueva caída de un banco sigue levitando en los parqués bursátiles y, sobre todo, en el espectro bancario europeo. Aunque la absorción de Credit Suisse por UBS ha zanjado el problema, el quid de la cuestión está en que parte de los inversores han rebajado la confianza en estos valores. Y en esas, esa desconfianza se ha convertido en interés por el Bitcoin, el cual ha crecido gracias a la crisis financiera.

Como informó ON ECONOMIA, la criptomoneda reina ha sacado tajada de una situación de descontrol bancario. Los expertos aseguran que los problemas vistos en los mercados tradicionales han reafirmado la posición del Bitcoin como un activo refugio. En esas, el BTC ha despuntado más de un 35% desde que se oficializara la quiebra de SVB y, por ende, se destapasen todos los problemas financieros vistos hasta ahora.

El Bit ha apuntalado su valoración gracias a los problemas de algunas de las entidades bancarias de mayor calado. El coeficiente de riesgo de los bancos ha hecho que los inversores se fijen en el Bitcoin como reserva de valor, además de como vehículo de inversión. Así, la criptoreina ha cerrado uno de sus mejores trimestres de la historia, y los mejores tres meses de los últimos dos años.