Dentro del bullicioso ecosistema de las agencias de comunicación y marketing, la innovación no siempre viene de las grandes empresas, sino de las necesidades no cubiertas. Este es el punto de partida de UGC Slalom. Pia Mill y Berta Quirante, dos jóvenes emprendedoras con experiencia en la gestión de campañas para varias marcas, aseguran haber detectado una fractura clara en el mercado: la demanda de contenido real, auténtico y creíble (User Generated Content) superaba con creces la capacidad de producción de las agencias tradicionales.

La solución, sin embargo, no fue ampliar sus propios servicios, sino crear una herramienta que ordene todo el proceso. Así nació, hace pocos meses, UGC Slalom, un marketplace dedicado a conectar marcas con creadores de contenido validados. "Detectamos que el modelo de agencia tenía techo y que las marcas pedían cada vez contenido más real, cercano y escalable", explican las fundadoras del proyecto.

Más allá de los 'influencers'

La plataforma se entiende como una pieza básica para el nuevo ecosistema digital. No se trata de buscar perfiles con miles de seguidores, sino de encontrar creadores con la capacidad de generar una narración sólida y creíble.

"No buscamos un perfil con muchos seguidores, nosotros apostamos por una creación de contenido más creíble y sólida", señala Berta Quirante. Es decir, las emprendedoras conectan marcas con creadores que no son necesariamente influencers, pero que resultan profundamente influyentes en los resultados.

UGC Slalom centraliza en una única interfaz todo el flujo de trabajo: desde el briefing inicial y la propuesta, pasando por la producción, hasta la entrega del material y el cobro. Esto resuelve un vacío crítico, donde estos procesos solían estar fragmentados. "La necesidad era cubrir todo el proceso en pocos pasos", añaden las fundadoras. El proyecto, que se activó el pasado mes de julio, llevaba un año en fase de desarrollo.

De la agencia a la startup tecnológica

La transición no ha estado exenta de obstáculos. Provenir del mundo de la agencia les dio una visión global y la capacidad de "hacer que las cosas pasen", pero el salto a la tecnología ha implicado un aprendizaje fundamental: aprender a delegar. "El reto más grande fue delegar el control técnico. No somos expertas, así que tuvimos que confiar en un socio tecnológico sólido y aprender a traducir necesidades reales en producto", señala Pia Mill.

Imagen de archivo de una creadora de contenido | Cedida

Para Berta Quirante, la clave estuvo en convertir la experiencia práctica en una estructura operativa sólida, manteniendo la experiencia de usuario como brújula: "Elaboramos un roadmap de casi 100 páginas con flujos, casos reales y criterios de calidad, que después el equipo técnico transformó en software. Esta disciplina operativa nos permitió terminar un modelo muy visual y fácil de usar para marcas y creadores."

Los perfiles de Mill y Quirante son diferentes pero perfectamente complementarios, compartiendo el criterio creativo y la orientación a los resultados. Pia Mill lidera la parte comercial, la relación con clientes y la estrategia de negocio, mientras que Berta Quirante se centra en la visión creativa, la gestión operativa del día a día y la estrategia digital. "Trabajamos con máxima transparencia y división clara de tareas, pero siempre desde una visión compartida del producto", destacan.

El trampolín del ecosistema de Barcelona

Barcelona se ha revelado como el terreno fértil ideal para esta iniciativa. La ciudad ha ofrecido a UGC Slalom un ecosistema único: acceso a talento creativo, proximidad a marcas y una vibrante comunidad tecnológica.

Las fundadoras resaltan el valor estratégico de haber contado con socios como Napptilus Tech Labs, que aporta la capa tecnológica, y Wizard Partners, que asesora en el área financiera y de negocio. "Tener este apoyo nos ha permitido movernos con solidez en un terreno nuevo, desde la ronda de inversión hasta el desarrollo de producto", apuntan.

Los sectores donde UGC Slalom tiene más presencia son el de la cosmética y el mundo del libro. Los objetivos para los próximos tres años son ambiciosos. El primer paso es alcanzar una facturación de un millón de euros este primer año. Después, escalar el modelo e internacionalizar la plataforma, manteniendo siempre tres pilares fundamentales: calidad, legalidad y claridad económica.

"El primer objetivo es consolidar el mercado de España y posteriormente intentar dar el salto a Portugal, Italia y Francia", explican. La visión a largo plazo es global. "En un futuro queremos estar más globalizadas, principalmente en Europa, pero conscientes de que Estados Unidos es una plaza con muchas dificultades de acceso", defienden Mill y Quirante.