Las bolsas de patatas fritas de la marca Torres se han sometido, en los últimos 10 años, a un proceso constante de innovación para cruzar todas las fronteras: en sabores, en calidad, en presentación, en caducidad y, por supuesto, también las geográficas. La estrategia industrial y comercial la ha instaurado la familia García Llagostera que, en 2014, decidió comprar la compañía Patatas Torres a los hermanos Juan y Manuel Torres; un negocio que tiene sus orígenes en 1969 en una pequeña churrería de Premià de Mar.
"Sin la herencia de la manera de producir y la calidad que tenían, y siguen teniendo, las tradicionales patatas Torres, ahora no estaríamos aquí, ni llegaríamos a las tiendas más gourmet de 65 países alrededor del mundo", reconoce Héctor Aguilar, director general de la empresa. Insiste en el hecho de que "la calidad es nuestro mejor marketing" cuando se le pregunta por la importancia que ha tenido para la marca que los famosos de Hollywood hayan mostrado en las redes sociales que compran las patatas chips Torres, de diferentes sabores e ingredientes. La modelo Alessandra Ambrosio, Justin Bieber y su esposa Hailey o Miley Cyrus, entre otros. Incluso sabiendo que una bolsa de chips les cuesta unos 8 dólares en Nueva York.

Lo que cuenta es que las expectativas de estos y otros clientes son muy altas porque es un consumidor que paga un precio alto, en una tienda de lujo y, por lo tanto, es muy exigente. "Las primeras materias, el proceso de fabricación, el envase, la presentación... todo tiene que ser perfecto; de hecho, jugamos a ser perfectas", manifiesta Aguilar. Para obtener estos resultados, al cabo de dos años de haber adquirido la empresa y su fábrica en Dosrius (Barcelona), se hizo el traslado a un nuevo centro de producción en Montmeló (Barcelona), de 8.000 metros cuadrados, donde actualmente se procesan 4.300 toneladas anuales de patatas. El producto proviene del sur o del norte de España, en función de la temporada de cosecha y de la variedad, ya que solo trabajan con patata *agria* y con patata *lady amarilla*.
Este año han puesto en marcha la primera ampliación de las instalaciones -donde trabajan 118 personas- para triplicar la capacidad productiva y ganar flexibilidad ante una variedad cada vez mayor de chips de diferentes sabores e ingredientes que, además, complementan con una línea de snacks 100% de queso deshidratado y de clara de huevo, que comercializan con la marca Just This. "El consumidor es más consciente de lo que come y busca productos para una dieta más saludable y descartar los ultraprocesados", por lo que, "Torres quiere seguir innovando en líneas de producción a base de deshidratados, sin aditivos ni conservantes", expone Aguilar.

De la producción de patatas fritas se mantiene el producto con las patatas fritas más tradicionales, las artesanas de siempre, que se distribuyen en España principalmente. Fruto de la innovación constante se hizo el lanzamiento de la línea Selecta, en 2013, con la primera producción en el mundo de patatas fritas con trufa negra deshidratada, que se ha convertido en uno de los productos estrella de la marca, dentro y fuera de España. Con la línea Selecta, ahora ya se comercializan 11 variedades diferentes. También se ha lanzado Torres Veggie, con vegetales; y Torres Avocado, que fabrica patatas artesanales pero fritas con aceite de aguacate, en lugar de aceite virgen de oliva o de girasol, como el resto de presentaciones.
La compañía sigue pensando en la innovación para fomentar aún más el crecimiento orgánico que les ha llevado a levantar el negocio hasta los 18 millones de euros que tienen previsto obtener en 2025, con un 90% proveniente de la exportación. Con una gama "lo más transversal posible y con productos universales -como la trufa- para consolidar los mercados actuales y llegar a muchos más".