Sabadell quiere cerrar el curso con los deberes hechos y la venta de su filial de pagos es uno de ellos. El banco que dirige César González-Bueno decidió en verano encargar a Barclays la búsqueda de un socio para su negocio y a finales de septiembre anunció que había recibido varias ofertas no vinculantes y las estaba estudiando. La agencia Reuters apuntó directamente a Worldline, Nexi y Fiserv como los finalistas en esta puja y distintas fuentes financieras coinciden ahora en que la primera de ellas es la favorita. Sin embargo, la entidad no lo comunicará hasta dentro de unos días.

El negocio de pagos, valorado en una horquilla de entre 350 y 400 euros, se ha convertido en una de las áreas que más ingresos aporta al banco. El crecimiento se ha acelerado desde que en la pandemia se impulsara el pago con tarjeta en detrimento del efectivo. Sabadell, de hecho, destacaba en sus últimas cuentas (presentadas a cierre de septiembre) que el negocio de adquirencia – que incluye los TPV o las tarjetas- había alcanzado un máximo histórico durante el tercer trimestre al facturar casi 20.000 millones.

Por este motivo, el banco no quiere desprenderse de él y busca un socio industrial especialista en el negocio de adquirencia que le ayude a potenciar este segmento de negocio con más avances tecnológicos. “No está en venta, solo buscamos un partner”, insistía el CEO en la última presentación de resultados.

La francesa Worldline, que es la que suena como favorita, se dedica precisamente a esto. De hecho, hace apenas un mes firmó un acuerdo con el italiano Banco Desio por 100 millones de euros con el mismo objetivo, ser su socio en el negocio de pagos. En este tipo de acuerdos, la empresa tecnológica se queda un porcentaje y después se dividen beneficios. CaixaBank lo hizo con Global Payments, el gigante se quedó casi un 30% de su negocio hace unos años.

Los bancos catalanes no son los únicos, Bankinter también está buscando socio. Mientras que Unicaja, sin embargo, ha decidido romper el acuerdo que tenía Liberbank con el suyo (UniversaPay) para gestionar este negocio en solitario ahora que ha absorbido a la entidad asturiana. Al igual que Santander, que también prefiere impulsar por su cuenta el negocio de pagos a través de Getnet.

Entre enero y septiembre, Sabadell superaba ya los 51.000 millones de ingresos en tarjeas y TPV, por este motivo el consejero delegado, César González-Bueno, destacaba en la última presentación de resultados que las cifras del negocio de pagos “demuestran que hay potencial técnico y comercial” y la entrada de un partner interesado les ayudaría a dar un servicio “todavía mejor” en el medio y largo plazo. “Nos parece interesante dar un salto tecnológico con los socios que hay en el mercado. Son muy potentes”.

Tras estudiar las ofertas vinculantes entre octubre y noviembre, el banco comunicará al mercado su decisión final en los próximos días para poder arrancar 2023 de la mano de su nuevo socio.

Sabadell hace los deberes de 2022

Sabadell ha seguido haciendo los deberes en 2022. De hecho, el banco acaba de vender a Intrum hace solo unos días el 20% que le quedaba de su filial inmobiliaria Solvia, del otro 80% se deshizo en 2019 por unos 300 millones. Ese año, el grupo empezó a desprenderse de determinados negocios y activos con el objetivo de mejorar la eficiencia.

En 2020 vendió a Amundi su gestora, Sabadell Asset Management, por 430 millones de euros. E incluso se planteó vender su filial en México y Reino Unido (TSB) por menos de lo que le había costado tras cancelarse la fusión con BBVA. Pero tras la llegada de González-Bueno al banco y el cambio en la estructura, al final declinaron seguir adelante con estas operaciones.

Durante 2021 Sabadell también vendió su torre de oficinas de la avenida Diagonal de Barcelona al grupo inmobiliario Hines por unos 90 millones, su filial de renting a ALD Automotive por 59 millones, el negocio en Andorra a MoraBanc por 67 millones y su gestora a Amundi por 430 millones. Además, cerró el segundo ERE en dos años.

Este ejercicio también ha liquidado su antigua sede en Londres, la Fintech Nomo y varias carteras de activos tóxicos. Al tiempo que se ha puesto manos a la obra para vender parte de su negocio de pagos, que espera tener culminada este mismo mes.