En un movimiento estratégico que rompe con sus estrictas políticas de equipaje, la aerolínea irlandesa Ryanair ha anunciado la implementación de un nuevo estándar más generoso para el equipaje de mano, efectivo desde este jueves. Esta decisión representa un cambio significativo en la experiencia de viaje de millones de pasajeros, permitiéndoles llevar una maleta de cabina un 33% más grande sin coste adicional, superando así las dimensiones estándar establecidas por la Unión Europea.
La medida aumenta las dimensiones máximas del equipaje de mano gratuito de 40x30x15 cm (el estándar comunitario) a 40x30x20 cm. Este incremento, aunque aparentemente modesto en centímetros, es substancial en capacidad práctica, permitiendo a los viajeros empacar más cómodamente para escapadas de fin de semana o vacaciones cortas sin depender necesariamente del equipaje facturado.
Es crucial destacar que la normativa principal se mantiene: la pieza de equipaje debe caber inevitablemente bajo el asiento delantero. Este punto refuerza la operativa rápida de embarque y desembarque que caracteriza a la low cost. Para los usuarios que requieran una flexibilidad total, la compañía sigue ofreciendo su servicio opcional Priority Boarding, que, además del embarque prioritario, permite subir a bordo con una maleta adicional que sí puede ir en los compartimentos superiores.
Lejos de ser una simple declaración de intenciones, Ryanair ha ejecutado una importante operación logística para respaldar este cambio. La aerolínea ha confirmado que ya ha completado la instalación de nuevos medidores de equipaje, adaptados a las dimensiones de 40x30x20 cm, en un total de 235 aeropuertos de toda su red europea. Esta inversión en infraestructura demuestra el compromiso de la compañía con la nueva política y asegura una aplicación homogénea en todos sus destinos.
Dara Brady, director de Marketing de Ryanair, se ha encargado de comunicar la noticia, enmarcándola como una mejora directa para el cliente. "A partir de hoy, el nuevo equipaje de mano gratuito de Ryanair es un 33% más grande que el estándar establecido por la UE. Hemos modificado el tamaño de los medidores de equipaje en todos los aeropuertos para adaptarlos a este equipaje de mano gratuito más grande", defiende el ejecutivo.
Sin embargo, Brady también fue claro al recordar las reglas del juego y la monetización de su incumplimiento. Añadió que, si bien esperan que los clientes "disfruten de estas piezas de equipaje de mano gratuitas más grandes", cualquier pasajero cuya maleta exceda estos "nuevos y generosos límites" en el control de embarque, se verá obligado a pagar una tarifa de facturación en puerta, que suele ser superior a si se contrata con antelación.
Esta decisión puede interpretarse como una respuesta al aumento de la competencia en el sector low cost y a la creciente demanda de flexibilidad por parte de los viajeros. Al relajar una de sus políticas más controvertidas, Ryanair no solo busca mejorar su percepción pública y satisfacción del cliente, sino también incentivar las ventas cruzadas de su servicio Priority Boarding y de equipaje facturado, recordado por Brady durante el proceso de reserva. En esencia, premia al viajero que viaja ligero pero ofrece opciones claras (y remuneradas) para quienes necesitan llevar más, optimizando así tanto la experiencia como sus ingresos auxiliares.
El movimiento llega pocas horas después que Ryanair haya intensificado su conflicto con Aena al anunciar un recorte masivo de capacidad para la próxima temporada de invierno en España. Un anuncio que se interpreta como una represalia directa a la última subida de tarifas aeroportuarias. La compañía irlandesa eliminará un millón de plazas en varios aeropuertos regionales, una medida que se suma al tijeretazo de 800.000 asientos ejecutado durante la temporada estival.
Este nuevo ajuste supondrá el abandono completo de las operaciones en los aeropuertos de Valladolid y Jerez de la Frontera, a los que se suman, en esta ocasión, las infraestructuras de Vigo y Tenerife Norte. No obstante, el golpe más significativo lo recibirá el aeropuerto de Santiago de Compostela, donde la aerolínea irlandesa ha decidido cerrar su base operativa y retirar los dos aviones que tenía destinados allí. Esta capacidad será reubicada en mercados de Italia, Marruecos, Croacia y Albania.