José María Castellano, una de las figuras clave en la construcción del imperio Inditex y mano derecha histórica de Amancio Ortega, falleció en la madrugada de este martes. Nacido en A Coruña en 1947, Castellano deja un legado imborrable no solo en el grupo textil gallego, sino en la estructura corporativa de gran parte del Ibex-35. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense y catedrático de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de A Coruña, Castellano era mucho más que un alto ejecutivo.

Era el cerebro financiero y estratégico que transformó una potente empresa gallega en el mayor retailer de moda del mundo. Durante sus casi 20 años como director general y consejero delegado, fue el artífice de la profesionalización de las estructuras, la implementación de un modelo logístico revolucionario y la expansión internacional imparable de Zara y del resto de marcas del grupo.

Si Amancio Ortega era el genio visionario de la moda, José María Castellano fue el ingeniero que supo traducir esa visión en un modelo de negocio robusto, escalable y extremadamente rentable. Su perfil discreto y académico contrastaba con el resultado explosivo de sus estrategias. Bajo su batuta, Inditex no solamente creció; se reinventó, añadiendo nuevas cadenas como Pull & Bear, Bershka y Oysho, cada una dirigida a un target específico, pero todas bajo el paraguas del modelo de fast fashion que ellos perfeccionaron.

Su salida de Inditex en 2005 marcó un punto de inflexión. Las discrepancias estratégicas con Ortega, tras el intento fallido de este último de adquirir Unión Fenosa, pusieron fin a una de las sociedades empresariales más fructíferas de la historia reciente de España. Lejos de retirarse, Castellano emprendió una segunda etapa como consejero y presidente de algunas de las empresas más relevantes, demostrando que su talento era transversal.

Su experiencia se convirtió en un activo codiciado para los consejos de administración. Presidió la energética gallega Greenalia y formó parte de los órganos de gobierno de gigantes como Puig, Mutua Madrileña, Adolfo Domínguez,  Rothschild y Ono. La noticia de su fallecimiento ha provocado una ola de reacciones en el mundo empresarial y económico. 

En el primer semestre, Inditex registró un beneficio neto de 2.791 millones de euros, lo que supone un incremento del 0,8% respecto a un año antes. Pese a tratarse de una cifra récord, el crecimiento interanual se moderó hasta el 0,8%, un ritmo por debajo de las expectativas de los analistas financieros. La compañía gallega, que recientemente celebró el 50 aniversario de su buque insignia, Zara, atribuye estos resultados a la "eficiente ejecución" de sus equipos y la "solidez" de su modelo de negocio, caracterizado por la flexibilidad y la producción de proximidad.

El incremento de las ventas también refleja esta desaceleración en el ritmo de crecimiento. La facturación del grupo sumó 18.357 millones de euros, un 1,6% más que en el mismo periodo de 2024. No obstante, al eliminar el efecto negativo de las divisas, el crecimiento a tipo de cambio constante fue mucho más robusto, del 5,1%, lo que indica una salud subyacente sólida.