Jordi Casas, presidente de la Asociación de Accionistas Minoritarios del Sabadell, ha destacado con contundencia que el desenlace de la opa demuestra que "el mercado financiero español necesita" la presencia distintiva de la entidad vallesana, especialmente en lo que respecta a su enfoque hacia las pequeñas y medianas empresas. "Ha triunfado el sentido común", ha afirmado Casas en declaraciones a la agencia EFE, en una frase que resume el sentimiento de una gran parte de la base accionarial.
Esta victoria del razonamiento sobre la tentadora prima inmediata se constata en las cifras: menos de un 26% del capital del Banco Sabadell ha aceptado la oferta del BBVA. No obstante, la cifra elocuente, la que refleja un rechazo profundo y arraigado, se encuentra en el comportamiento de los minoristas que son, a la vez, clientes de la entidad. Solo un 2,8% de este colectivo, el núcleo más fiel, ha optado por el cambio. Este rechazo "masivo", en palabras de Casas, era un obstáculo casi insalvable para el éxito de la operación, teniendo en cuenta que estos accionistas representan cerca del 40% del capital.
Más allá de las cifras, el resultado de la opa supone, en opinión de Casas, una "confirmación" explícita del proyecto del banco. El presidente de los minoritarios insiste en que el Sabadell dispone de un plan "muy sólido, como se está demostrando desde hace cuatro años". Esta solidez, sostiene, no es una promesa futura, sino una realidad que se ha ido construyendo y cumpliendo con rigor.
En este sentido, Jordi Casas ha querido destacar específicamente la gestión del equipo directivo encabezado por el consejero delegado, César González-Bueno: "Los planes estratégicos que ha ido haciendo González-Bueno se han ido cumpliendo". Este reconocimiento no es menor, ya que sitúa la eficacia de la ejecutiva actual como uno de los pilares fundamentales sobre los que los accionistas han basado su confianza para rechazar la oferta.
El debate durante los meses de la OPA no ha sido solo una cuestión de sentimentalismo o identidad, sino un análisis frío de valor. Casas subraya que uno de los argumentos que más peso ha tenido en la decisión final de los accionistas ha sido el programa de dividendos futuros que el mismo Sabadell presentó como contrapartida. El banco proyectó una remuneración a sus inversores en un plazo de dos años y medio de unos 6.450 millones de euros, una cifra que roza el 40% de su actual capitalización bursátil. Esta propuesta no solo igualaba o superaba los beneficios inmediatos de la prima de la opa, sino que lo hacía sin que los accionistas tuvieran que renunciar a su participación en un proyecto con un crecimiento orgánico sólido y con las expectativas de revalorización futura que esto conlleva.
En definitiva, el fracaso de la opa pone de relieve la resistencia de un modelo de banca más cercana y especializada, la importancia de una base accionarial fiel e informada, y la capacidad de una entidad considerada "mediana" para defender su independencia basándose en resultados tangibles y una estrategia creíble. El mensaje que lee Jordi Casas es claro: el mercado ha dictaminado que el Sabadell, con su foco en las pymes y su trayectoria de cumplimientos, es no solo viable, sino necesario para el equilibrio del sistema financiero.