Para el ingeniero Eduard Martín, la inteligencia artificial representa un cambio de era histórico, comparable a la revolución digital o a la irrupción de internet, que debe comprenderse como una herramienta potente, pero que no sustituye al ser humano, sino que está diseñada para mejorar la vida de las personas.
En su experiencia, recogida en una conversación con ON-IA, la IA es básicamente matemáticas y software que, utilizado como un asistente en tareas como búsquedas o generación de contenidos, requiere aprender a formular bien las preguntas y revisar siempre los resultados.
Martín considera que, a pesar de su naturaleza innovadora y los retos éticos que plantea, la IA no eliminará trabajos sino que los complementará, generando nuevas oportunidades profesionales centradas en gestionar y supervisar la calidad de sus resultados, y subraya la necesidad de una amplia capacitación digital para la sociedad para aprovechar su potencial dentro del marco ético europeo.
¿Qué es para usted la inteligencia artificial?
Como ingeniero informático puedo decir que la inteligencia artificial es uno de los objetivos que se perseguía desde siempre. La inteligencia artificial es un software.
A mediados del siglo XX, se había tenido el deseo de intentar emular el pensamiento y el razonamiento humano. Hemos tardado muchos años porque había muchos inconvenientes. Para mí, la IA debe ser una herramienta fantástica que no sustituya sino que cambie para mejor la vida de las personas.
La IA se ha presentado como un cambio de paradigma y un punto de inflexión. Desde su punto de vista, ¿es realmente así o vamos hacia otra dirección?
Sí, normalmente yo explico que la humanidad cambia de era cuando los seres humanos han cambiado o han modificado su manera de comunicarse. Y esto a lo largo de la historia lo hemos visto. Realmente la sociedad digital ya es un cambio de era y esto se produjo a mediados del siglo pasado, porque introdujo nuevos mecanismos de comunicación entre los humanos.
Pero dentro de esta nueva era ya existen otras eras. Pasó la era de internet y después la aparición de la telefonía móvil. Con los avances sobre todo en electrónica y las capacidades que tenemos estamos en una siguiente evolución de esta sociedad digital que es la inteligencia artificial.
¿Cree que se ha impuesto una visión de la inteligencia artificial muy técnica o muy mágica? ¿De qué manera se podría hacer que la sociedad entendiera mejor qué es la inteligencia artificial?
Yo soy de una generación que hemos vivido todo esto en primera persona, por lo tanto, no encuentro diferencias con la magia que nos produjo internet o la telefonía móvil. Nadie recuerda eso y hace cuatro días en el conjunto de la historia. Son cambios muy profundos que se repiten muy seguido y, por lo tanto, nos cuesta mucho asumirlo.
Por lo tanto, la inteligencia artificial es un salto, un salto muy grande que está comenzando. Tenemos que ver cómo evoluciona todo esto y, por lo tanto, yo creo que se ve como un poco de magia. Son matemáticas. Sé que simplifico mucho, pero para que la gente me entienda. Al final son matemáticas y hay diferentes tecnologías de inteligencia artificial.
No encuentro diferencias con la magia que nos produjo internet o la telefonía móvil
¿Cómo utiliza Eduard Martín la inteligencia artificial en su día a día?
Se ha incorporado a los procesos de trabajo de una manera natural, yo la he introducido muy poco a poco y sobre todo esta inteligencia artificial. Hay diversos tipos de inteligencias y ahora la que todo el mundo utiliza es la generativa. Una tecnología que básicamente se sustenta en gran cantidad de datos relacionados de una manera determinada, lo cual produce información y de acuerdo con la aplicación de algoritmos matemáticos encontrará soluciones.
Es muy importante aprender a preguntar a la inteligencia artificial, lo que se dice un prompt. Se debe saber preguntar mucho más que cuando le preguntas a un ser humano, porque todavía el tema de los sentimientos no está desarrollado. En el trabajo diario, la IA actúa como un ayudante a la hora de hacer búsquedas en la red, generación de presentaciones o de contenidos. Eso sí, insisto, siempre se debe revisar.
¿Nos podría compartir alguna actividad o algún proyecto desde la Mobile World Capital donde la inteligencia artificial haya tenido un papel clave para producir una transformación o superar una barrera?
Nosotros hemos ido avanzando. Yo siempre digo que la Fundación tocamos tecnología actual. Vamos paso a paso, no hacemos ciencia ficción, porque una de nuestras metas es procurar la mejora de la calidad de la vida de las personas. Nosotros hemos trabajado muchísimo las bases infraestructurales para que esto funcione bien.
Hemos trabajado comunicaciones inteligentes desde hace unos años. También detectamos que era necesario empezar a introducir proyectos de inteligencia artificial. Hemos trabajado bastante el tema de los gemelos digitales en el sentido de mirar lo que se hace dentro del mercado. Hablamos de unos modelos que permiten crear mundos digitales para todo tipo de simulaciones como la gestión de una ciudad en materia de salud.
¿Cuáles son, según usted, las habilidades que debería desarrollar un profesional para convivir y trabajar con la IA?
Esto es un verdadero reto, incluso para los profesionales de la informática y nos lo estamos planteando. Hasta ahora tenemos claro que la sociedad digital da trabajo y dará mucho trabajo a profesionales.
Pero ahora tendremos que dar un salto cualitativo porque seguramente, como pasa con todas las tecnologías, los trabajos que se pueden automatizar o los trabajos de menor valor añadido serán reemplazados por la inteligencia. Pero aquí tenemos un gran reto y, por lo tanto, nuevas oportunidades.
Surgirán nuevas tareas relacionadas con la calidad de los resultados de la IA
Soy muy optimista en el sentido de que la gente que se forma en las TIC tendrá que evolucionar, poner otros tipos de trabajos que complementen el valor de automatización simple de la IA. Acabo de decir hace un momento, que tienes que mirar el resultado de lo que te dice la inteligencia artificial, tienes que aprender, tienes que saber muy bien lo que preguntas y, por lo tanto, surgirán nuevas tareas relacionadas con la calidad de los resultados de la IA. Por lo tanto, no es una sustitución, es un complemento a los trabajos que hacemos hoy en día y seguramente se generarán nuevas posiciones y roles dentro de las empresas.
¿Cree que el ecosistema de Barcelona y de Catalunya está preparado para aprovechar esta ola transformadora?
El ecosistema de Barcelona es potente y tiene capacidad para soportarlo. Existe un gran interés de todos los actores y creo que se está reaccionando. La sociedad actual va muy deprisa.
Seguramente aparecerán nuevos tipos de negocios y ejemplos los tenemos en el mercado de los agentes IA o la gigafactoría de Mora la Nova. Todo con el objetivo de generar economía alrededor de este nuevo software que aproveche todas las capacidades industriales del tejido.
¿En qué ámbitos ve que la IA tendrá un impacto positivo o más fuerte?
Siempre cuando hablamos de nuevas tecnologías punteras aparece el mundo de la salud. Desde la atención primaria hasta las cirugías, la combinación de nueva tecnología combinada con las capacidades de la inteligencia artificial genera un recorrido enorme.
¿Cuál es su punto de vista en torno al debate sobre el uso ético de la inteligencia artificial?
Este es un tema que, de forma positiva o negativa, está sobre la mesa. El debate ético sobre la energía nuclear todavía existe. Cualquier tecnología produce un debate ético y creo que eso es bueno.
A mí no me gustan paradigmas como la tecnología es neutra, la tecnología es neutra dependiendo de qué contexto. De ética hay una ética en cada parte del mundo y podríamos decir que los principios éticos van condicionados por una determinada cultura y un aprendizaje.
Creo en la capacitación digital de la gente para que comprenda y tenga las capacidades de entender qué es esto de la IA
El debate ético que se produce en nuestro entorno está en el contexto europeo y, por lo tanto, es un debate razonable, deseable, y yo lo que espero es que produzca efectos buenos, ni a un extremo ni a otro. No podemos prohibir la inteligencia artificial, esto es un avance que se está incorporando a la sociedad.
Pero, sobre todo, yo creo mucho en la capacitación digital de la gente para que comprenda, para que tenga las capacidades de entender qué es esto y después la formación para que sepa utilizarlo. Estos son los caminos que se deben seguir para que esto cuadre con nuestros estándares éticos, que no tienen nada que ver con los de China, Estados Unidos u otras partes del mundo.
¿Cómo se consigue un equilibrio entre innovación, protección de datos o un uso correcto de una tecnología?
La humanidad avanza por la innovación, pero lo ha hecho desde siempre. Lo que pasa es que ahora la innovación es muy seguida y antes tardábamos más tiempo. Desde la sociedad 1.0, la de los recolectores, hasta la sociedad industrial, que sería la 3.0, pasaron 12.000 años y desde la sociedad industrial 200.
El equilibrio siempre debe estar presente, pero es muy difícil porque está condicionado por la cultura, la ética y el uso que queremos como sociedad. Respecto de la protección de datos estoy absolutamente de acuerdo en que se debe hacer algo porque tenemos una herramienta muy potente y, por lo tanto, debemos tener mucho cuidado. Yo creo que las autoridades y todo el sector llegaremos a un punto de consenso, igual que se llegó en muchas otras épocas con otras tecnologías.
Y por último, la pregunta que me gustaría hacerle sería ¿dónde ve a medio y largo plazo la inteligencia artificial?
Todas las tecnologías que vemos en esta innovación continua, sin tiempo para respirar, tienen oscilaciones. Hablamos de un proceso que viene acompañado de oportunidades de negocio, primero se produce este contexto y después la cosa se relaja.
Aquí es donde se ve realmente qué se utilizará realmente. Estamos de subida, estamos de subida. No sé decir en estos momentos cuánto tiempo subiremos, pero estamos de subida. Ahora bien, también queda mucho por trabajar no solo en el campo del negocio. Necesitamos tecnologías más sostenibles y que no consuman tanta energía.