Cavas Marevia, líder destacado del cava valenciano, ha dado un salto en las ventas que lo ha llevado a superar, por primera vez, una facturación de 30 millones de euros. Si en los ejercicios de 2022 y 2023 consiguió situarse por encima de los 20 millones de euros, aunque por poco, en 2024 se elevó hasta los 31,3 millones, lo que supone un 55% más. Este embotellador es propiedad de las familias de las hermanas Hevia Ferrer, que fueron accionistas de Freixenet hasta que, en 2018, vendieron sus participaciones a la alemana Henkell.
Si bien han conseguido disparar la facturación, el crecimiento de los beneficios ha sido más moderado: 2,9 millones de euros en 2024, un 20% más que un año antes.
Cavas Marevia, con sede en Requena, es el principal embotellador de cava valenciano y, también, de fuera de Catalunya. Supera con mucha diferencia a otras bodegas valencianas de renombre, todas por debajo de los 5 millones de euros en ventas: Pago de Tharsys, Chozas Carrascal o Bodegas Hispano Suizas. Evidentemente, se encuentran a mucha distancia de los gigantes del cava, como los catalanes Freixenet, con unas ventas de 1.250 millones de euros el año pasado; o Codorniu, con 232 millones.
En el informe de gestión de 2024 que acompaña las cuentas, los administradores de Cavas Marevia indican que prevén “seguir creciendo” en la venta de botellas de cava porque “vemos que la demanda en exportación continúa fuerte y se han abierto nuevos importadores”.
Sobre los aranceles al cava impuestos por el gobierno de Donald Trump, indican que seguramente supondrá una caída en las exportaciones a Estados Unidos, pero, al suponer un porcentaje pequeño del total de ventas, “no es una contingencia que produzca excesiva preocupación”.
Avanzan que, para el ejercicio de 2025, mantienen “el objetivo” de subir el precio medio de venta sobre todo “mediante el cambio de mix hacia productos de más valor añadido”. La única nota negativa es que prevén que este año caerá el importe de la venta de vino a granel por un posible excedente de producción.
Cavas Marevia es propiedad de las familias de las hermanas Agustina, Montserrat y Carmen Hevia Ferrer. En 2019 compraron las participaciones de estas cavas valencianas que tenía su hermano Enrique y sus primos Ferrer y Bonet, entre los cuales está José Luis Bonet Ferrer, presidente de honor de Freixenet.
Anteriormente, Cavas Marevia –llamada Unión Vinícola del Este (UVE) hasta 2022– era propiedad de Caldiberia, una sociedad holding controlada por los expropietarios de Freixenet –las diversas ramas Ferrer, Bonet y Hevia– que se mantenía fuera del perímetro de este gran embotellador de cava de Sant Sadurní d'Anoia. Después de que los Hevia y parte de sus familiares vendieran la participación que tenían de Freixenet a la alemana Henkell en 2018, se repartieron las bodegas que formaban parte de Caldiberia: así, el negocio de Requena fue para los Hevia; Vins Font, del Penedès, para la familia de José Ferrer; y Castelo de Medina, en la DOP Rueda, para la de Pedro Bonet.
La familia Hevia controla Cavas Marevia a través de la sociedad patrimonial Hevia Gestión Corporativa. En los consejos de estas dos sociedades aparecen los hermanos Diego (que es el presidente), Enrique y Juan Jiménez Hevia –hijos de Montserrat Hevia Ferrer– y los hermanos Carmen, Santiago y Pedro Hernández Hevia.