Gens de confiance es una plataforma francesa de anuncios clasificados para comprar, vender y, sobre todo, alquilar casas, vehículos, antigüedades... o encontrar servicios, especialmente de personal doméstico y canguros con referencias contrastadas. Se dirige a familias con alto poder adquisitivo y, para poder entrar, tanto para contratar como para ofrecer bienes o servicios, es necesario ser socio: no se trata de un trámite automático porque requiere el aval previo de dos de los actuales socios. Y si el nuevo socio incumple las condiciones o las normas de conducta, se le expulsará en compañía de aquellos que lo han apadrinado. Así evitan anuncios fraudulentos y garantizan la confianza en una plataforma que funciona como si fuera una red social.
Hasta ahora, solo operaban en Francia, pero acaban de crear una nueva empresa con sede en Castelldefels llamada Gente de Confianza. Según consta en el boletín del Registro Mercantil, se dedicará a la explotación de páginas web y a la difusión de anuncios clasificados. Su administrador único es Ulric Le Grand, cofundador y CEO de la francesa Gens de confiance. Esta última es la propietaria al 100% de la filial catalana.
La web francesa ofrece sobre todo alquileres de apartamentos en París, mansiones, casas en la costa, en los Alpes... o incluso en Menorca que no aparecen en otras plataformas como Airbnb. Sus propietarios solo están dispuestos a alquilar estas viviendas, de lujo, a gente que las respete. No quieren que su exclusivo apartamento, para dos personas, sea ocupado por una decena de jóvenes juerguistas. Ante una queja, la agencia llamará a los avalistas y, en compañía del avalado, podrían ser expulsados.
El negocio se fundamenta sobre la “confianza”. Ni siquiera piden una fianza cuando se contrata una vivienda. En la página web dejan bien claro que “los patrocinadores (avalistas) son responsables del comportamiento de sus patrocinados. Y, si es necesario, expulsaremos a los miembros y a sus patrocinadores”. Animan a sus clientes a “redescubrir los anuncios clasificados sin desconfianza”. Aunque la relación es básicamente digital, también atienden personalmente, con una cortesía marca de la casa.
Pero, tal como informaba Le Figaro el pasado julio, una vez han superado los dos millones de inscritos, no todos acaban satisfechos con lo que han contratado –publicaban el testimonio de una señora, que se quejaba de la casa que alquiló en Hossegor (Aquitania), húmeda y con pelos de mascota–. Gens de confiance se ha hecho tan grande que sus miembros han perdido la sensación original de estar en una especie de club privado.
Compiten con plataformas como LeBonCoin, la más grande de Francia por volumen de anuncios, y Airbnb, pero, a diferencia de estas, la realidad es que casi no tienen quejas de sus clientes, según informaciones del rotativo económico Les Echos.

Gens de confiance se fundó como start-up en 2014 en Nantes por parte de tres jóvenes que compartían malas experiencias con los anuncios clasificados: Enguerrand Leger, Ulric Le Gran y Nicolas Davoust (en la imagen superior). Su intención era crear una plataforma de anuncios reales que impidiera posibles estafas. Originalmente, habían pensado en dirigirse a cualquier tipo de cliente, pero la evolución del negocio los llevó a ser una plataforma de bienes y servicios exclusivos para personas de alto nivel económico.
Su crecimiento fue lento en los primeros años, si bien se disparó después de la pandemia. En 2023 efectuaron una ronda de financiación de cinco millones de euros que fue cubierta por el fondo de capital riesgo Isai (dos millones) y por los mismos usuarios (tres millones). Un año antes habían superado unos ingresos de cinco millones de euros, según la prensa económica francesa. Ahora inician una nueva fase de expansión con una sociedad con sede en Castelldefels.