La opa del BBVA sobre el Sabadell se encuentra en la recta final, pues se espera que en una semana (previsiblemente el martes 24, aunque puede haerlo hasta el 27) el gobierno español tome una decisión sobre la operación. En concreto, si la aprueba con los compromisos que ya impuso la CNMC o si añade alguno más de interés general, lo que podría llevar al banco que preside Carlos Torres a replantearse la opa.

Y en este contexto, el 'Financial Times' destaca hoy que, una vez obtenida la autorización de Competencia, son los accionistas los que deben tener la última palabra, "y no los burócratas proteccionistas". En una columna de opinión firmada por Patrick Jenkins, el diario económico aborda la opa del BBVA sobre el Sabadell y menciona, por ejemplo, los discursos que dan tanto la Comisión Europea como el propio Gobierno español sobre impulsar la competitividad europea ante el aumento del riesgo geopolítico y la guerra comercial de EEUU. Para resaltar que, a pesar de esta retórica, "ha habido una férrea oposición" por parte de Moncloa. Y "en ningún otro país esto es más cierto que en España".

También indica que cualquier fusión debe pasar por el análisis de Competencia y el apoyo de la UE, algo que la opa de BBVA sobre Sabadell ya tiene. "Entonces, ¿por qué la operación despierta tanta polémica en el Gobierno de Sánchez?", se pregunta el periodista del 'FT', según recoge Europa Press.

Explica que al comienzo de la operación, en mayo de 2024, el primer problema fue la oposición del propio Banc Sabadell a la oferta realizada por el BBVA, lo que provocó que esta última entidad lanzara una opa de carácter hostil dirigida directamente a los accionistas. "El momento no pudo haber sido peor. Ocurrió a pocos días de las elecciones autonómicas en Catalunya", recuerda.

El 'FT' destaca la consulta pública "sin precedentes" que el Ejecutivo realizó

A esto se uniría que las fusiones "pueden ser problemáticas para el Gobierno socialista de [Pedro] Sánchez, cuya prioridad es proteger el empleo". Pero "esperar un Ejecutivo que sea más favorable a las empresas podría ser en vano, dado que en principio no se celebrarán elecciones generales hasta el verano de 2027", considera el 'FT'.

También recoge declaraciones del presidente de BBVA, Carlos Torres, que llegó a decir que la opa era “imparable”. Sin embargo, "ahora mismo, esas declaraciones parecen fantasiosas", teniendo en cuenta que el proceso ha sido “complicado” y que el BBVA "se mostró especialmente molesto por lo que consideraba una politización del proceso antimonopolio de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia".

A finales del pasado mes de abril BBVA conseguía el ‘visto bueno’ de la CNMC, aunque tras pactar compromisos y en fase 2, lo que ha dado lugar a la apertura de la fase 3, es decir, que el Gobierno central tenga que revisar ahora la operación y decidir si endurece, mantiene o suaviza las condiciones pactadas con CNMC.

Además, el 'FT' incide en la consulta pública "sin precedentes" que el Ejecutivo realizó a principios de mayo para recabar opiniones entre la ciudadanía sobre la operación. "Alarmada por el nivel de interferencia, la Comisión Europea advirtió el mes pasado a España que no tenía la autoridad legal para bloquear la operación", señala la columna. El autor señala que "todo el mundo" es consciente de que si Sánchez se "empecina", puede "frustrar la operación".

"Aunque las decisiones dilatorias podrían desencadenar acciones legales de la UE, los años que tardaría en iniciarse un procedimiento de infracción harían inviable cualquier oferta en curso", agrega. La columna señala que si Torres logra "superar la animadversión de Sánchez" con promesas de inversiones u otros incentivos, "evitando al mismo tiempo una interferencia más invasiva", la OPA podría acabar en manos de los accionistas de Sabadell. También cree que el presidente de BBVA puede tener razón en que los intereses económicos de España y Europa saldrían favorecidos por el acuerdo.

"Pero en cualquier caso, una vez disipadas las dudas antimonopolio, ahora deberían ser los accionistas, y no los burócratas proteccionistas, quienes tengan la última palabra", concluye al respecto.