La noticia del traslado de la sede social de Ferrovial de España a Países Bajos sigue dando de que hablar. La decisión tomada por Rafael del Pino, presidente de la constructora, ha sido cuestionada por muchos, y defendida por otros. Sea como fuere, la marcha de Ferrovial no ha dejado indiferente a nadie y, al mismo tiempo, ha puesto en el ojo del huracán a la firma presidida por la que es la tercera mayor fortuna de España, según la lista Forbes. Ferrovial defiende la idea inicial de que con su salto a los Países Bajos busca una potenciación superior de la marca, una mayor visibilidad en el mercado internacional y acercarse a la cotización en el mercado de valores de Estados Unidos, lo que es uno de los objetivos de la empresa.

Independientemente de los motivos de la empresa, varios miembros del Gobierno de España, incluido Pedro Sánchez, han cargado contra la decisión de Ferrovial, incluso contra el propio Del Pino. Para Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Ejecutivo nacional y ministra de Economía, se trata de una decisión “errónea”, la cual muestra el poco grado de compromiso que tiene Ferrovial con España. En una línea similar habló María Jesús Montero, ministra de Hacienda, quien informó de que había estado en contacto con Del Pino, al que le mostró su lamento por la marcha de la constructora, pero le recordó el “esfuerzo inversor” que ha hecho el país por la compañía. Para la titular de Hacienda, este es un motivo por el que la empresa podría haber replanteado esa decisión, la cual, para Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, es respetable.

El mercado vigila de cerca a Ferrovial

De cualquier forma, la salida de España a los Países Bajos ha puesto en el punto de mira a Ferrovial, que ha sido estudiada de cabo a rabo y de la que, en los últimos días, se ha publicado información acerca del pago de impuestos, inversiones y despidos que la firma ha hecho en España en los últimos ejercicios. Por lo pronto, la constructora cerró 2022 con 1.982 millones de euros en activos en el país ibérico, lo que supone un recorte del 65% con respecto a 2016. En aquel año, el valor de los activos de la compañía liderada por Rafael del Pino ascendía hasta los 5.731 millones de euros, tal y como informan desde Europa Press.

La menor presencia de Ferrovial en España también se ha evidenciado en el pago de los impuestos. Tal y como informó el diario El País el pasado 3 de marzo, la empresa liderada por Del Pino no paga el impuesto de sociedades desde 2020. En paralelo a ello, el medio de comunicación español desveló que Ferrovial se había adjudicado más de 1.000 millones de euros en contratos desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno nacional. Estos movimientos van en línea con la menor presencia de Ferrovial en el país, a la cual se refirió la ministra Montero un día después de que la empresa hiciera pública su intención de emigrar de España. La titular de Hacienda expresó que el 80% de los beneficios de la constructora provienen de otros países, por lo que no tributa en el estado español.

Crecimiento en Estados Unidos y reducción de plantilla en España

Es decir, el balance de los últimos años de Ferrovial en España es de una valoración menor de los activos en el país, la adjudicación de contratos públicos por más de 1.000 millones de euros, y el no pago del impuesto de sociedades. En paralelo a ello, en los últimos siete años, la empresa ha pasado de contar con 8.638 millones de euros en activos en Estados Unidos y Canadá para tener en la actualidad 18.509 millones de euros, un 114% más. Parece claro que las pretensiones de Ferrovial desde hace varios ejercicios era la de tener más influencia y peso en los países americanos.

Otro de los ejemplos que muestran el desapego de Ferrovial con España en los últimos años es que la constructora ha pasado de contar con 40.595 empleados en 2016 para cerrar 2022 con 5.443 trabajadores. Es decir, la firma ha reducido su plantilla en los últimos siete años en un 87%. Esto ha traído consigo unos menores gastos por salarios. Tal y como apunta Europa Press, la compañía se ha ahorrado un 74% de los sueldos, hasta 210 millones de euros. Cabe destacar que en 2016, la partida de los salarios era de 813 millones de euros.

Es evidente que Ferrovial, pese a defender sus pagos por impuestos en el país ibérico (4.828 millones de euros en los últimos siete años), también evidencia a través de sus movimientos que estaba más interesada en acrecentar su negocio en Estados Unidos que en otros países. La constructora mantiene la idea de que el salto va ligado a mejorar la posición comercial de la compañía. Pese a ello, el Gobierno de España cree que detrás de esta decisión hay un sesgo ideológico.