Tesla, el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos liderado por Elon Musk, ha entrado en el mercado energético chino cuando todavía no ha resuelto sus problemas con Donald Trump ni los de sus vehículos autónomos en Estados Unidos. Parece que sigue teniendo mejor sintonía con la administración china que con la Casa Blanca.
Según informan medios chinos, Tesla construirá su primera estación de almacenamiento de energía en China con una inversión de 4.000 millones de yuanes (557 millones de dólares, 483 millones de euros).
Esta estación estará situada en la zona de libre comercio de Lingang, en Shanghái, y utilizará las Megapack de Tesla, según informa la agencia oficial Xinhua. Las Megapack son unas baterías de almacenamiento de energía empleadas para estabilizar redes eléctricas y evitar cortes de suministro. Cada una puede almacenar más de 3 megavatios hora (MWh), con lo que podría abastecer 3.600 hogares durante una hora.
Precisamente, Tesla empezó a fabricar sus Megapack en China el pasado febrero, en una instalación de Shanghái –con capacidad para producir 10.000 unidades anuales– cercana a la futura estación de almacenamiento de energía. Esta estación estará conectada a la red eléctrica china.
El pasado viernes, Tesla firmó el acuerdo para levantar la futura estación de almacenamiento con las autoridades de la zona de libre comercio de Lingang, el gobierno del distrito shanghainés de Fengxian y la compañía China Kangfu International Leasing.
Musk mantiene una excelente relación con las autoridades de China, uno de sus principales mercados, pero sigue sin recomponer su sintonía con Donald Trump, que saltó por los aires hace unas semanas.
En la ciudad de Austin (Texas) está previsto que, este fin de semana, Musk lance su prometido robotaxi (coche autónomo) con el que espera impulsar las ventas, actualmente en retroceso tanto en Estados Unidos como en Europa. Ha invitado a influencers y empleados de la compañía para que prueben los vehículos en un área geocercada.
Medios estadounidenses como Morning Brew recuerdan que no es el pionero en robotaxis: Waymo, de Alphabet, ya opera 1500 taxis autónomos en San Francisco, Phoenix, Los Ángeles y Austin, compartiendo la vía con algunos taxis Zoox, de Amazon, que circulan por San Francisco y Las Vegas.
La compañía de Musk considera que puede superar a sus rivales con su sistema de Inteligencia Artificial y cámaras con el que van equipados sus modelos. Mantiene que, a diferencia de sus competidores, puede usar datos de sus vehículos operados por sus conductores. No obstante, los reguladores federales siguen investigando si el modo de asistencia al conductor de Tesla, así como el de otras compañías, influyó en varios accidentes mortales. Algunos expertos han puesto en duda el correcto funcionamiento de la tecnología de robotaxi sin sensores de Tesla, especialmente en condiciones de poca luz.