Los intereses y la imagen de la marca automovilística Tesla, en Estados Unidos y en el resto del mundo, no atraviesan su mejor momento. Una creciente competencia de otros fabricantes, especialmente chinos, y los episodios de boicots y acciones de protesta tanto en Norteamérica como en Europa contra la marca del empresario Elon Musk han afectado directamente al negocio del quién se ha convertido en un aliado del presidente americano Donald Trump

Los beneficios netos de Tesla cayeron un 71% en el primer trimestre del año a 409 millones de dólares, con menos ingresos debido al descenso del 13% en las ventas, en el que ha sido el peor trimestre en ventas desde 2022. Los datos han puesto en guardia al mismo Elon Musk quien, en una conferencia telefónica con analistas de Wall Street, ha asegurado que a partir de mayo reducirá "significativamente" su dedicación a los asuntos de la administración americana. Pese a calificar su trabajo al frente del departamento gubernamental de la administración Trump como "crucial", también afirmó que "poner orden en la sede del Gobierno está prácticamente hecho".

De enero a marzo de 2025, la marca registró una reducción del 20% de sus ingresos hasta los 13.967 millones de dólares. El total de sus ingresos, que incluye la venta de unidades de almacenamiento de energía y otros servicios, fue de 19.335 millones de dólares, lo que supone una caída del 9%.

El fabricante de automóviles informó este martes en un comunicado que su resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado disminuyó un 17% a 2.814 millones de dólares, y que el margen se redujo al 14,6%. Los gastos operativos aumentaron durante el periodo un 9%, a 2.754 millones de dólares. La empresa, de hecho, aludió al "cambio de sentimiento político" como una de las causas del descenso en sus cifras económicas y, concretamente, en sus beneficios, junto con "la incertidumbre en los mercados automotriz y energético".

A principios de abril, la empresa ya había advertido que sus ventas en el primer trimestre de 2025 habían caído un 13% a 336.681 vehículos. Pero los resultados financieros dados a conocer son peores que lo esperado por los analistas. De hecho, las acciones de Tesla han perdido más del 40% de su valor desde los máximos de inicios de año. Los expertos habían anticipado unas ganancias por acción de 39 centavos, 12 más que lo anunciado por Tesla, y unos ingresos de unos 21.100 millones de dólares para las actividades del automóvil.

Fuera de la administración

El desplome de los beneficios netos de Tesla también coincide con la implicación de su consejero delegado, Elon Musk, en el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump. Musk se ha convertido en la mano derecha de Trump desde que el republicano ganó las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, y dirige el controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que está encargado de reducir en billones de dólares el gasto público del país.

Las medidas adoptadas por DOGE, la cercanía de Musk a Trump y las declaraciones políticas del empresario en favor de grupos de extrema derecha en Europa y el resto del mundo han provocado una grave crisis de imagen de Tesla.

Con los resultados en la mano, el multimillonario Elon Musk ha anunciado este martes que reducirá su dedicación al frente del polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) a partir del mes de mayo, un extremo que ha provocado subidas de casi un cuatro por ciento en las acciones de su compañía de vehículos eléctricos Tesla. 

"Creo que a partir de mayo, probablemente, mi tiempo dedicado a DOGE disminuirá significativamente", ha declarado durante una llamada telefónica con analistas, en la que ha asegurado que seguirá colaborando en cierta medida con el Gobierno de Estados Unidos para asegurarse de que el "desperdicio y el fraude" no vuelvan "con fuerza".

Pese a todo, Musk pretende centrarse en la actividad de su empresa de coches eléctricos, afectada por los aranceles impuestos por el inquilino de la Casa Blanca. En este sentido, ha afirmado que continuará abogando por que Trump retire los gravámenes, si bien ha dicho que "la decisión sobre los aranceles depende completamente del presidente de Estados Unidos". "Yo aportaré mi opinión. He dicho públicamente en numerosas ocasiones que bajar los aranceles es una buena idea para la prosperidad. Seguiré abogando por aranceles más bajos en lugar de aranceles más altos. Es todo lo que puedo hacer", ha añadido.

Víctima de los aranceles

Además, la guerra comercial iniciada por Trump contra el resto del mundo, especialmente contra China, también ha perjudicado los intereses de Tesla, que cuenta con una planta de producción de vehículos en el gigante asiático. El fabricante alertó hace unas semanas de los perjudiciales efectos recíprocos del aumento de los aranceles. Para a marca, "los exportadores estadounidenses están inherentemente expuestos a impactos desproporcionados cuando otros países responden a las medidas comerciales estadounidenses", aseguró en una carta enviada a l'administración de Donald Trump.