El grupo Celsa ha cerrado en el 2024 con unas pérdidas netas de 281 millones de euros, en un ejercicio que sigue siendo "atípico" y de "transición", en la que los actuales gestores del grupo están aplicando el plan de reestructuración aprobado en el marco del concurso de acreedores. El presidente de Celsa Group, Rafael Villaseca, así lo ha querido destacar durante la presentación de los resultados financieros del año pasado y ha destacado que el resultado "está lleno de condicionantes". En el primer ejercicio, con las cifras consolidadas, "el ebitda acumulado en 12 meses demuestra la tendencia positiva del plan|plano industrial, con una mejora constante del negocio", ha manifestado al consejero delegado del grupo, Jordi Cazorla.

Las pérdidas vienen condicionadas por|para un resultado financiero negativo de 322 millones, que proviene del elevado endeudamiento en que se encuentra la compañía. En el 2024, la deuda se ha reducido en un 48% el nivel de endeudamiento de Celsa, que ha pasado de los 3.689 millones de noviembre de 2023 -cuando|cuándo la compañía pasó en manos de los fondos acreedores, por sentencia judicial- a los 1.793 millones de finales de 2024. Cabe decir que hay una partida importante de ingresos, unos 1.896 millones, que el grupo recibió por la venta de sus filiales en el Reino Unido y Noruega que se ha destinado íntegramente a reducción de la deuda existente.

Los máximos directivos de Celsa han remarcado que el sector de la siderurgia está inmerso en un ciclo económico bajo, con un importante descenso de la demanda y una contracción de los márgenes. Han concretado que, a pesar de todo, Celsa ha tenido un mejor comportamiento que sus competidores europeos. El negocio ha generado unas ventas de 3.360 millones de euros y que el resultado operativo (ebitda) se ha situado en 274 millones y el resultado de explotación ha sido positivo en 65 millones de euros.

"El grupo persistirá en la estrategia del plan|plano de reestructuración que pasa por el aumento de la rentabilidad por la vía de producir de manera más eficiente para mejorar los márgenes y por la constante reducción del endeudamiento", ha insistido Villaseca.

No hay alternativa a Criteria

El presidente de Celsa ha admitido estos serán también los dos ejes en que se centrará la compañía después de constatar que "no hay ningún inversor español que pueda asumir la compra de como mínimo un 20% del capital de Celsa". Por lo tanto, no se podrá cumplir la condición que impuso el Gobierno en los fondos acreedores para quedarse con el control de la compañía. "Lamentamos que Criteria haya descartado la operación, para que hubiera sido un socio magnífico, pero estamos convencidos de que contamos con el apoyo de nuestros accionistas actuales para seguir adelante y para encontrar un plan alternativo", ha manifestado Villaseca.

En este sentido, el grupo no descarta seguir con la política de desinversiones que ha iniciado en el 2024 con la venta de las filiales del Reino Unido y Noruega. Una opción, "que ahora mismo no está sobre la mesa, pero que no es descartable", es la venta de la filial de Polonia. "Es un activo que supone un gran valor para Celsa" y sobre el cual se podrían tomar decisiones más adelante. Actualmente, la filial polaca aporta un 20% de las ventas de Celsa y un 25% del ebitda, ha confirmado Cazorla.

Posible recurso contra la sentencia

Con respecto a la reciente sentencia judicial que ha absuelto al antiguo administrador del grupo, Francesc Rubiralta -también miembro de los antiguos propietarios de Celsa, la familia Rubiralta-, Rafael Villaseca no ha querido entrar a valorar la decisión del juez, pero ha dejado entrever|vislumbrar que los servicios jurídicos de la compañía están analizando la presentación de un recurso. "No cuestionamos la resolución, pero seguramente habrá un recurso", ha dicho. Según Villaseca, la sentencia prueba la existencia de un crédito de 500 millones entre las antiguas patrimoniales del grupo y que se destinó "probablemente" a facilitar la salida accionarial de una de las ramas de la familia Rubiralta.