El elaborador de caramelos Papabubble ha bajado la persiana. Después de presentar concurso voluntario de acreedores a principios de este año, el Juzgado Mercantil número 1 de Barcelona ha declarado la liquidación y, posteriormente, su disolución.
Papabubble era una empresa barcelonesa creada en 2002 por los australianos Tommy Tang y Christopher King si bien, desde hacía más de una década, al frente estaba el argentino Alejandro Siniawski. Este aprendió el oficio en Chupa Chups, donde trabajó ocho años cuando todavía era propiedad de la familia Bernat Serra.
La primera tienda que abrieron estaba situada en la calle Ample de Barcelona, cerca del antiguo Palacio de Correos, y la última en la calle Banys Nous, cerca del Palacio de la Generalitat. Quien pase por delante se dará cuenta de que tiene la persiana bajada.
Papabubble se dedicaba a la elaboración artesanal de caramelos. También por encargo del cliente, personalizados, y para empresas. En su momento fue una novedad en el sector de las golosinas por la presentación, formas y texturas, tanto en caramelos duros como blandos. Los clientes podían presenciar su elaboración en el obrador de la tienda.
En su página web todavía constan las tiendas Papabubble de Barcelona, París, Bruselas, Amsterdam, Estambul, Houston, la paraguaya Asunción... o en Japón. Precisamente, en 2012 abrieron un establecimiento singular en Yokohama diseñado por los reconocidos Jaime Hayón y Yasuke Seki. Estos establecimientos operaban en régimen de franquicias.
La barcelonesa Papablue perdió empuje con el paso del tiempo. En el ejercicio de 2023, el último con cuentas consultables, este obrador con sede en la calle Banys Nous facturó 173.000 euros, con unos beneficios testimonias de cerca de 5.500 euros. Pero este año solicitó concurso de acreedores. Según consta en el boletín del Registro Mercantil, la sociedad ha disuelto por fallo judicial.
En Catalunya existen otros elaboradores de caramelos artesanos o gourmet como Çukor, un obrador del barrio Gótico de Barcelona fundado por Péter Sandor Nagy y Emmanuel Abraham que ha recuperado antiguas recetas y replica golosinas de todo el mundo, o GumiAnoles, elaborador de renovados dulces de vino, cava, cerveza y otos productos de Ullastrell (Barcelona) creado hace pocos años por la biotecnóloga Anna Ubach. En Madrid destacan La Violeta y La Pajarita, dos confiterías tradicionales más que centenarias; así como Oomuombo, de la sueca Caroline Svensson con varios establecimientos; o Lemon Jellies Marshmallows, elaborador de 'nubes' sin colorantes.