El día ha llegado. Este martes, el Consejo de Ministros decidirá si da el visto bueno a la opa del BBVA sobre el Sabadell respetando las condiciones que impuso la CNMC, quitando alguna de ellas o añadiendo más si tienen que ver con el interés general. Según el BBVA, este último escenario no lo contempla la ley y por ello, no descarta acudir a la vía legal si fuera necesario.
A estas alturas, el BBVA tampoco descarta ya (y de hecho lo ha repetido varias veces en las últimas semanas) retirar la opa si las condiciones del Gobierno perjudican a la operación. Y en este contexto, el presidente del banco bilbaíno ha querido lanzar un mensaje algo distinto al de los últimos meses: “No necesitamos al Sabadell”.
Carlos Torres ha defendido desde mayo del año pasado la necesidad de que Europa cuente con bancos grandes para ganar escala y poder afrontar retos como la inversión en digitalización y la transformación energética porque van a requerir inversiones exigentes. Y la integración con el Sabadell le permitiría ser una entidad “más fuerte, competitiva y con mayor capacidad para financiar” todos estos proyectos.
Pero este lunes, en vísperas de la decisión del Consejo de Ministros y a sabiendas de que el Gobierno no es partidario de la opa desde el principio (tal y como ha dejado claro el ministro Carlos Cuerpo en reiteradas ocasiones) Torres cambiaba el discurso y aseguraba que si la opa no sale, el BBVA, “seguirá su camino” en solitario, ya que su recorrido hasta ahora ha sido “muy positivo”.
Y aclaraba, la operación con el Sabadell “no es transformacional, no la necesitamos para seguir teniendo el éxito que estamos teniendo, en absoluto”. El presidente del BBVA presumía de ser el banco de Europa con mejor perfil de crecimiento, “somos el que más ha crecido en los últimos años, incluido el pasado y el primer trimestre de este”. E insistía en que “si no termina saliendo la operación", seguirán adelante y no sería un "fracaso, en absoluto".
El BBVA se prepara para el peor escenario y es que el Gobierno de Pedro Sánchez endurezca las condiciones que le impuso la CNMC después de once meses de negociaciones con el banco. Y si este fuera el caso, recordaba que tienen la “posibilidad legal de retirarse” y además puede hacerlo, tanto “si el Gobierno español nos ponen condiciones” como “si hay una venta de un activo”, que sería el caso de la venta de TSB por parte del Sabadell.
"El Gobierno en ningún caso debe añadir condiciones"
Sin embargo, el BBVA asegura que el Gobierno central no puede agravar las condiciones que ya le impuso la CNMC, que se encarga de velar por la competencia. “Existe la revisión por parte del Consejo de Ministros de las condiciones de la CNMC, que por cierto solo ha ocurrido una vez en la historia. Esta es la segunda vez después de más de 1.500 operaciones y nuestra interpretación es que esa revisión debería ser exclusivamente para confirmar la decisión de la CNMC o autorizar la operación con menos condiciones, pero en ningún caso para añadir condiciones. Es compatible con los precedentes y la lógica”.
Y en ese contexto, Torres comentaba que el BBVA ya ha conseguido 27 autorizaciones incluidas las del BCE y la de la CNMC (que son las más importantes) y cree que les corresponde ahora a los accionistas del Sabadell decidir “cuanto antes” si aceptan o no la oferta de canje que el banco lanzó en mayo del 2024.
“Aunque ya es tarde”, lamentaba el presidente del BBVA. “Llevan 13 meses esperando y la espera no es buena, la espera es incertidumbre y es un menor derecho de propiedad. Y está justificado cuando hay intereses generales, pero el proceso se ha extendido mucho más de lo que era previsible y mucho más que cualquier operación previa del sector”.
Torres aprovechaba para comparar su operación con la de CaixaBank destacando que, “después de un largo proceso y entrar en la fase dos, algo inédito en el sector financiero pese a que ha habido una operación más relevante que la suya”, Competencia tomó la decisión de aprobarla por unanimidad aunque con compromisos.
Por eso cree que el Gobierno no debería entorpecer más esta operación y aprobarla como ya estaba pactada. Pero si hay nuevas condiciones, el BBVA tendrá cinco días para analizarlas y decidir si quiere seguir adelante o si retira finalmente la opa. Un escenario que para el banco de Carlos Torres no es “el plan A” pero que asume cada vez como más probabilidad, dadas las vicisitudes que ha tenido que enfrentar la operación.