“España tiene un buen desempeño de la productividad laboral en comparación con otras economías similares”, según concluye el Banco Mundial en un estudio realizado en 103 países sobre en Entorno empresarial en el sector privado. Así, España se coloca en el pelotón de cabeza cuando se mide el valor de las ventas que genera de media cada trabajador, en el entorno de los 100.000 dólares. Sin embargo, el estudio remarca que la productividad laboral no redunda en una mejora retributiva en los trabajadores, aunque sí influye en la creación de empleo.

El análisis del BM determina que con crecimientos de un 10% de la productividad ligada al factor laboral, en España aumentan el empleo un 1,4%, mientras que en la media de las economías con ingresos altos -grupo en el que se encuentra España-, crece el empleo un 0,6% añadido. Pero, si bien es cierto que el aumento de la productividad laboral ha generado en España más empleo que en otros países, los trabajadores que han contribuido en ese aumento de la productividad no se han convertido en mayores salarios para ellos. 

Con ese mismo crecimiento del 10% de la productividad del factor empleo, los salarios han tenido un plus de crecimiento de media en los países con ingresos salto de un 4,1% para los trabajadores que han contribuido en este incremento, mientras que en España ha aportado un incremento del 2,6%. Si en España cada empleado genera unos ingresos de 100.000 dólares a su empresa, el PIB per cápita está algo por encima de los 45.000 dólares, en EE.UU. o en Suecia, los trabajadores también aportan unos dólares, pero el PIB per cápita del sueco ronda los 70.000 dólares y el del estadounidense los 81.000.

Brecha de productividad

Jorge Rodríguez  Meza, gerente de la Unidad de Análisis Empresarial del Banco Mundial, reseña la buena posición de España en lo que se conoce como la “brecha de productividad laboral” que mide la diferencia entre el 25% de las empresas más eficientes y el 25% de las menos eficiencias. Mientras menor es el ratio, implica que hay menos diferencias entre unas y otras. Pues bien, en España este ratio es de 2,9, por debajo del 3,3 en la media de las economías con “ingresos altos”, donde la brecha es muy inferior a las economías con ingresos bajos (8,5).

No obstante, a pesar de la buena posición de España en la brecha de productividad laboral, el funcionario del Banco Mundial no cree que haya espacio a la complacencia. “El ratio del 2,9 significa que las empresas más eficientes son capaces de producir con el tercio del coste de las menos eficientes”, lo que arroja un largo camino de mejora en una buena parte del tejido empresarial español.

El problema de la formación

Sin embargo, aunque España está bien posicionada en la productividad derivada del factor humano, no lo está tanto en el conjunto de la productividad sobre la que impactan numerosos factores. El estudio del BM señala hasta una docena, aunque reseña tres como los principales obstáculos para hacer negocios en España, siempre según la opinión que muestran los empresarios en las encuestas que, realizadas por la Camera de Comercio de España, han servido para el estudio del Banco Mundial.

El primer obstáculo, en opinión de las empresas españolas, es la inadecuada formación de la fuerza laboral en España, detectado por el 35% del tejido empresarial español, el segundo, la regulación laboral, señalado por el 18% de las empresas, y el tercero, las tasas impositivos, por el 16% de las empresas encuestadas por la Cámara de Comercio. Rodríguez Meza apunta que los resultados son similares al centenar de países analizados por el BM. Sin embargo, las diferencias se agudizan dentro de España si se pregunta a empresas grandes o pequeñas.

La falta de mano de obra adecuada a las necesidades laborales se agudiza cuanto mayor es la empresa, pues en el caso de las que cuentan con plantillas de más de un centenar de asalariados, el 41% de los encuestados señalan la formación inadecuada como el primer obstáculo para hacer negocios; en las empresas de 20 a 99 empresas, el porcentaje se reduce al 36% y para las pequeñas, de 5 a 19, al 33%.

Factores de la productividad

El presidente de la Comisión de la Productividad, Juan Francisco Jimeno, ha señalado que la productividad en el total de los factores está estancada desde principios de este siglo, “no así, el factor laboral, como ha señalado Rodríguez Meza”, puntualiza. Factores entre los que ha señalado la calidad institucional, la regulación de los mercados, los factores de producción, el capital tecnológico, la dispersión regional, “todo eso importa, como también importa cómo se crean las empresas, cómo crecen y cómo se destruyen”, ha comentado. Pero también, a nivel de empresa, los mecanismos de gestión, las barreras en el desarrollo de nuevas actividades. “Una larga lista de factores que afectan a la productividad”, ha señalado el presidente para la Comisión de la Productividad.

En este sentido, ha diferenciado entre la productividad (qué cosas se hacen y cómo se hacen) ya la competitividad (a qué coste se hacen). “A las empresas españolas les preocupa más los costes -competitividad-, que la productividad”.

Cristina Herrero, presidenta de la Airef, ha insistido en que el mayor obstáculo para hacer negocios, en especial, la falta de formación, pero también en entorno institucional.