Las construcciones de zonas residenciales o edificios de pisos enteros, cada vez incorporan más prestaciones que acaban siendo un extra adicional al precio de la vivienda en cuestión. Así, la evolución de los últimos tiempos ha comportado que todos estemos acostumbrados a ver como una residencia de obra nueva, se vende con la plaza de parking o el trastero de forma adicional. Pero en los últimos meses, la tendencia ha sumado otra derivada: un espacio de trabajo propio y unipersonal ligado a un ámbito general de coworking.

25.000 euros por una habitación

Para poner un ejemplo de una residencia de viviendas que se están construyendo en Badalona y que ON ECONOMIA ha tenido acceso, se presenta de la siguiente manera. Por una parte, la opción de una plaza para aparcar el automóvil marcada en 25.000 euros. De la otra, 6.000 euros adicionales por un trastero de poco más de tres metros cuadrados. Y una última derivada: una habitación en la planta baja de la vivienda de doce metros cuadrados y también cifrada en 25.000 euros, lo mismo que una plaza de parking.

Esta habitación comparte, con doce habitaciones más, una zona donde hay dos baños compartidos y, cada una de estas habitaciones, tiene un acceso individual desde la zona común de todo el edificio. La opción es totalmente libre para cada uno de los propietarios que compran un piso, pero también se abre en venta para otras personas que no tengan la residencia fijada en este lugar.

Lavabos compartidos y sin suministro de agua

La idea, para evitar sorpresas, es limitar su uso a un espacio de trabajo, una oficina personal, una sala de juegos u otras motivaciones que complementen un piso que se puede quedar pequeño en algún momento. Pero en ningún caso hay el agua dada ni ningún otro suministro que no sea la electricidad para evitar que estos espacios acaben siendo alquilados para vivir allí. De hecho, las fuentes consultadas, afirman que ya se ven personas viviendo en habitaciones más pequeñas que doce metros cuadrados y, por lo tanto, se tiene que evitar que aquel espacio tenga un uso residencial.

Sustituye al pequeño comercio

La motivación de todo este cambio no es casual. La tendencia del pequeño comercio va a la baja y cuando se estructuran plantas bajas nuevas, se dejan dos grandes espacios para supermercados y otras superficies comerciales, pero ya no se mantienen múltiples locales de dimensiones más reducidas. Según una encuesta elaborada por Pimec, un 27% de los establecimientos tiene ya problemas de liquidez, mientras que casi un 5% se plantea cerrar su negocio. Y la inflación acumulada tampoco ayuda ya que el coste de la energía está destrozando verdaderamente los márgenes y los beneficios. Es un momento delicado por este comercio.

A pesar de todo, se quiere dar un uso en estas plantas bajas y la opción que ha tomado más protagonismo es este espacio de habitaciones individuales. Una novedad que, especialmente, empezó a configurarse después de la pandemia por la covid y, coincidiendo, con el cierre de muchos pequeños negocios que fueron a la quiebra por el confinamiento. Pero también el auge del ecommerce y otras tendencias de entender el comercio, convierten las zonas residenciales en auténticas ciudades dormitorio que ya tienen ejemplos palpables como este.