La importancia del transporte de mercancías coge fuerza en el marco del congreso internacional IOT, que ha dado el pistoletazo de salida este martes en Barcelona. Así pues, las empresas y las grandes multinacionales saben que cerca del 50% de los gastos de transporte de las mercancías se produce en la conocida última milla, el camino final del producto que, a pesar de ser el más corto, es el más costoso y se ha convertido en una de las grandes dificultades de los últimos tiempos con respecto a los plazos de entrega y la movilidad, cada vez más cuestionada en las grandes urbes.

Por eso, una empresa catalana ha presentado a su primera robot, denominada ONA, con unas características que la hacen única para competir con otros robots dedicados a este trayecto, como por ejemplo, los que se utilizan por Amazon en sus centros de distribución. Detrás de ONA hay CarnetBCN, que nace de la colaboración pública y privada entre diferentes grandes fuentes de financiación como SEAT, Volkswagen Group Innovation, y la Universidad Politécnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC), las cuales investigan conjuntamente la movilidad urbana del futuro para mejorar la vida de las personas. Pero también cuenta con una docena de socios industriales que forman parte de esta entidad.

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IOT Congress

Una robot que puede subir escaleras

Con el trabajo conjunto llega ONA con un diseño pensado desde la misma UPC y fabricada, desde el principio hasta el final, en el sur de Europa. Esta robot tiene un gran potencial en la parte sensórica ya que es totalmente autónomo y tan solo hay que programar su origen y destino sin problemas para aquellos obstáculos que se pueda encontrar. Laia Pagès, Executive y Manager de Carnet lo detalla: "Si en su camino se cruza, por ejemplo un perro, no choca, ella sigue la ruta. Por eso le decimos que tiene una tecnología ADD, Autonomous Delivery Device".

Esta ya fue pilotada a modo de pruebas durante el 2022 por la ciudad de Esplugues con un gran éxito. Y detrás de su nombre también hay una explicación: "Queríamos que fuera femenina para promover la igualdad de género en campos industriales, con un nombre catalán y porque, conceptualmente, una ola hace el mismo recorrido que una última milla, argumenta Pagès. El éxito de ONA ha hecho que ya haya una start-up dedicada exclusivamente a mejorar sus capacidades tecnológicas y en la búsqueda de empresas de logística que quieran pilotar y probarla.

Ahora bien, ONA ya sale de entrada con una buena carta de presentación para hacer la competencia, según argumenta Pagès: "Tiene tres cosas diferenciales. La primera es que va sola, los robots se siguen entre ellos y a ONA no le resulta necesario. También es bastante mayor que, por ejemplo, un robot de Amazon, para poder aprovechar en el viaje más mercancías. Y está preparada y pensada por una ciudad mediterránea, para que pueda entrar en centros donde todavía hay una arquitectura de la Edad Media, pueda desafiar losetas o subir y bajar aceras gracias a tres ejes y seis ruedas con las cuales se mueve".

Falta legislar estos robots

ONA se creó ahora hace seis años y, este 2023, se espera presentar su tercera réplica. Ahora, el gran problema es la legislación para que este tipo de robots puedan tener los permisos necesarios para poder moverse por la ciudad. Desde Carnet apuestan por la necesidad de que España, pero también el conjunto de la Unión Europea acelere los trámites delante de "ciudades cada vez más congestionadas por el ruido y la contaminación", recuerda Pagès. Y lo contrapone con proyectos como el de ONA que funciona de forma eléctrica y se concibe para desplazarse de noche y reducir las derivadas que el transporte de mercancías de última milla comporta a las carreteras y autopistas del país.

Esta robot autónoma y eléctrica, de 100 kilogramos de capacidad actuará en coordinación con un segundo robot de mayores dimensiones, que ha sido diseñado por la Universidad Técnica de Braunschweig. Concretamente, se trata de un autonomous hub vehículo (AHV), es decir, un centro de consolidación móvil, un almacén portátil que permita reubicar el centro de consolidación y las diferentes Ones, actualmente dos y en previsión de tener tres.

Sin embargo, los desafíos del proyecto no se limitan al aspecto tecnológico: la adaptación de la infraestructura, la regulación de la movilidad autónoma, la aceptación social y la integración en el espacio urbano, son ámbitos de estudio día a día de Carnet. De hecho, en el proyecto colaboran actores muy diversos, que trabajan para avanzar en estos aspectos. La DGT, por ejemplo, está ayudando a adaptar el robot Ona a las regulaciones actuales.

Para conseguir que este sistema de reparto se materialice en un futuro, se están estudiando las posibilidades de canalizar el tráfico de estos robots por un carril segregado. En este sentido, está por decidir si finalmente hay un interés por utilizar los nuevos carriles de bici que está adquiriendo la ciudad de Barcelona, ​​según explican desde Carnet, ya que éste es un punto clave: conseguir una infraestructura que permita actuar en un sistema de reparto como el que proponen.