La pandemia de la covid retrasó el boom mediático de la inteligencia artificial, pero antes del año 2020, ya había personas que se organizaron en torno a ella para prever lo que llegaría poco después. El Instituto IA, con sede en Alicante, nació el año 2019 como una organización privada con la finalidad de divulgar y traer a las empresas los beneficios de la inteligencia artificial. Por este instituto han pasado más de 500 grandes corporaciones, pymes y autónomos y cerró el ejercicio del 2023 con una facturación que ya llegó al millón de euros.

En el marco del Talent Arena impulsado por la Mobile World Capital Barcelona y dedicado al talento digital hablamos con Miguel Ángel Román, cofundador de Instituto IA, en las puertas de su ponencia desde el Mobile: "Hace cinco años, ya vimos que la IA tenía muy potencial, pero no estaba en boca de todos, era una oportunidad para que las empresas de nuestro país pudieran utilizar esta tecnología y aprovecharse como palanca diferenciadora. Recuerdo que el año 2019 no se hablaba y los que venían eran más curiosos que les gustaba aprender de nuevas tecnologías, pero en ningún caso la ola que supone ahora".

"Un error puede tener consecuencias letales"

De la IA, con tanto poco tiempo, parece que se ha dicho todo y no se ha dicho nada a la vez. Conceptos como 'pueden sacar puestos de trabajo', 'es un peligro para la manipulación de la realidad' son aspectos que se repiten demasiado a menudo. Pero, ¿qué no se ha dicho o explicado lo bastante bien? "La IA es una tecnología basada en estadísticas de muchos datos en que, de media, se cumplen, pero en casos extremos la IA puede fallar estrepitosamente y tener consecuencias letales si dejas que funcione de forma autónoma. No puede ser usada para sustituir profesionales", subraya Román.

Empresas, pero también médicos o abogados

A pesar de los avisos de este instituto, las empresas interesadas cuando vienen también buscan recortar gastos. Esta puede ser la intención, aunque Román lo matiza en el caso de su institución: "Las empresas nos vienen para decirnos 'a ver cómo puedo ser más eficiente o competitivo, no sustituir personas'". El poder de las palabras puede cambiar el significado de las cosas y, precisamente, Román acaba dando la descripción más sintetizada y gráfica posible sobre la cual está la IA: "Constituye toda una herramienta, igual que una calculadora, pero de palabras que hay que saber utilizarla y supervisarla".

La IA tiene muchos usos como poder contar con un robot que pueda ver y entender su entorno y, posteriormente, actuar con consecuencia. Pero encontramos más ejemplos en esta tecnología totalmente transversal. El Instituto IA cuenta con clientes que son periodistas, abogados o médicos, aparte de las empresas y el sector industrial. La oleada ahora más fuerte es la de los diseñadores gráficos que también han sabido entender el interés por ella. En el caso de un abogado "la IA te puede asistir a la creación de un contrato de arras y, en vez de hacer 50 en una semana, puedes hacer 10, pero el profesional tiene que ser para evitar errores".

En paralelo en el campo laboral, también hay el entorno social o los usos que se puedan dar en el campo del entretenimiento. Por eso, desde el Instituto IA también hacen formación y tareas de consultoría centrados, de momento, en el mercado español y de habla hispana con personas procedentes de la América Latina o el resto de Europa.