Desde el ring del Mobile World Capital Barcelona, entrevistamos a su director de talento, Jordi Arrufí. Precisamente, el Talent Arena se ha convertido estos días en un espacio de interacción de muchos profesionales y estudiantes de nuestro país y de todo el mundo, con el espacio del Mobile World Congress en Fira Barcelona. El talento y la formación son elementos clave que han tomado protagonismo en esta edición número 18 del Mobile que, este año, cumple su mayoría de edad.

Pero más allá de este impulso, también es necesario analizar qué recorrido pueden tener personas con altos niveles formativos y adaptadas al 100% en entornos tecnológicos totalmente disruptivos. "Primero llegó la tecnología para crear start-ups y, ahora, desde el Mobile World Capital Barcelona, nos encontramos en una segunda ola económica basada en el concepto de start-up deep tech, una tecnología normalmente patentada y que cuenta con un centro de investigación centrado en sus avances", destaca Arrufí.

Europa vs. Estados Unidos y Asia

Este concepto es muy importante para poder ser competitivos en un entorno global. Así pues, en mercados como el asiático o el americano son más fuertes. Y Arrufí explica el porqué: "En el conjunto de Europa hay una brecha respecto de otros mercados más fuertes. Eso se debe a que los europeos apuestan mucho por la inversión en ciencia y te lo demuestra la misma producción científica. Un ejemplo palpable es la cantidad de publicaciones, lo que se denomina papers, que lideramos. Pero debe existir una segunda derivada que se base en convertir esta ciencia en dinero". Hacer rentable la ciencia.

En esta línea, el Mobile World Capital ha sido ganador de un concurso europeo que ayudará a más de cien equipos científicos, de forma anual, a pasar esta ciencia en el mercado y convertirla en una start-up. "Eso no implica necesariamente que el mismo científico tenga que hacer el proyecto de negocio. De hecho, está corroborado que se tiene que acompañar con un experto en competencias que lidere esta idea de negocio y desde el MWC, les buscamos este perfil emprendedor". Todo va en la línea de la madurez de un ecosistema digital cada vez más fuerte en Barcelona, de la mano de proyectos como el Tech to Market de la European Innovation Council.

Jordi Arrufí, MWC Barcelona / Fotografía: Miquel Muñoz
Jordi Arrufí, MWC Barcelona / Fotografía: Miquel Muñoz

Para entender esta idea de negocio, Arrufí cita un ejemplo: "Fractus nació en torno a la UPC y permitió que los móviles dejaran de tener las famosas antenas externas y se integraran dentro del mismo aparato. Este proyecto, finalmente, se licenció y, por lo tanto, se transfirió al mercado. Hay que replicar modelos como estos". En los Estados Unidos hay más tradición en el hecho de que el científico se convierta en un emprendedor. En cambio, en Europa, tenemos un nivel de ciencia alto, pero cuando hablamos del spin off de start-ups que han salido de estos centros, los ejemplos se reducen.

Todo ello hace replantear el concepto de start-up que nació por diferentes motivos: dar una nueva nomenclatura al concepto de empresario o acompañar aquel negocio en el marco de la tecnología. En este sentido, el director del MWC Barcelona es crítico: "Una start-up debe tener un elemento innovador, puedes ser un emprendedor por el hecho de crear una cadena de comida rápida de éxito, pero no inventas nada. O que tú crees comercio electrónico, no quiere decir que seas una empresa tecnológica. Se han vestido, muchas veces, start-ups de cosas que están al límite de serlo".

Por eso, la gran apuesta de ahora es la start-up deep tech, una especie de obsesión que persiguen organismos públicos como Acció, el Ayuntamiento de Barcelona o la creación reciente de la Deep Tech Summit. Y Arrufí lo ilustra: "Una start-up que tenga un componente de ventaja tecnológica como el reciente proyecto We Plasma, una tecnología que activa un estado de la materia y permite, en el caso de los aerogeneradores, que su dinámica mejore, o que los microprocesadores que causan el calentamiento de una computadora puedan enfriarse. Esta tecnología ha nacido en la Universidad de Lleida y nos sentimos muy orgullosos". Así pues, hay que tener una tecnología puntera y que los clientes finales la puedan testear.