Los empresarios han sacado pecho por el papel que han jugado en la Transición Democrática, primero, y en su consolidación, después, y lo han hecho en la “casa de la Domocracia”, el Congreso de los Diputados, en una jornada de Foment del Treball que, bajo el nombre de Economia Española y Democracia: Crear, Crecer, ha sido organizada por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales SBEES, perteneciente a la patronal catalanal.

A Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, le ha correspondido defender el papel social de los empresarios en la actualidad y en su intervención ha cargado con dureza, sin nombrarla, contra la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, porque, según el presidente de la patronal, se ha producido “una involución del diálogo social” en los últimos años que tiene su máxima expresión en las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) y, más recientemente, por el recorte legal de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas, actualmente en trámite parlamentario.

Un “diálogo que, si se convierte en un monólogo”, no tiene sentido, ha señalado Garamendi en una referencia a los últimos acuerdos, como los citados, en los que la CEOE se ha quedado fuera al entender que no se ha producido una negociación real. En este sentido, el presidente de la CEOE considera imprescindible recuperar la esencia del diálogo social. “La CEOE defiende que el diálogo social es la mejor herramienta para garantizar el desarrollo económico y social y la paz social. Es lo que nos une, como dijo Ortega y Gasset”. Y ha defendido la tradición en España del diálogo social, con grandes logros como los Pactos de la Moncloa, la aprobación Estatuto de los Trabajadores, reforma de las pensiones o los acuerdos para la Estabilidad en el Empleo. Un diálogo que precisa de tres patas: administración, representantes de los trabajadores y los de las empresas.

Josep Sánchez-Llibre, presidente de Foment de Treball, que ha precedido en la palabra a Garamendi, ha defendido el papel que tuvieron los empresarios durante todo el proceso de la Transición Democrática. “En 1977 se funda la CEOE y Foment en una decisión valiente, pues los empresarios siempre hemos estado en la democracia, unas veces al lado y otras veces empujando. Sin duda la aportación empresarial fue determinante para resolver aquella transición”.

Un compromiso que el presidente de Foment, remarca, sigue intacto. “Los empresarios tenemos mucho que decir actualmente y consideramos que es necesario establecer un nuevo pacto social en Europa, para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos”. Para ello, Sánchez-Llibre ha remarcado que los empresarios tienen la obligación de dedicar tiempo y esfuerzo para reeditar los valores sociales, para que las personas puedan ganarse la vida dignamente. “Los empresarios reafirmamos los compromisos con la sociedad y es el mensaje que queremos lanzar en esta jornada”.

Salaros más dignos

Una Democracia que pasa, como se ha citado en varias ocasiones en la jornada, por salarios que permitan ganarse la vida “dignamente”. El primero en lanzar ese compromiso ha sido el responsable de Foment que ha recordado la intervención del presidente de Renault, Loca de Meo, expresidente de Seat, que en las recientes jornadas del Círculo de Economía en Barcelona señaló que con los salarios actuales muchos de los trabajadores de Renault no se puede comprar un coche.

Al respecto, Sánchez-Llibre ha señalado que uno de los problemas más grandes de la economía española es la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias. A tal fin, ha remarcado el papel de la SBEES, el think tank de Foment como instrumentos para influir en la buena marcha de la sociedad. “Debemos estar como empresarios presentes en los grandes debates de la sociedad”. Al respecto, Garemendi ha defendido la negociación colectiva, con 4.500 convenios colectivos, como el mejor instrumento para los acuerdos entre empresarios y trabajadores.

Aterrizar en la realidad

Antonio Brufau, presidente de Repsol, que también ha participado en la jornada organizada por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales, ha remarcado que el sistema democrático se base en dos pilares. Primero, el bienestar  económico de los ciudadanos, con buenas retribuciones, pero también en la calidad de vida. “Los empresarios podemos garantizar la riqueza a los ciudadanos, pero también calidad de vida”, ha señalado que ha remarcado que el empresario aporta mucho a la sociedad para poder “cumplir con los objetivos democráticos”.

El segundo pilar de la democracia, en el que deben participar los empresarios, es contribuir a “hacer aterrizar a los políticos”, porque, en opinión de Brufau, los ciudadanos no se sienten bien representados en Europa que ha “perdido el carril de la productividad y la competitividad”. Y ha incidido profusamente en el informe Draghi que, como ha recordado el presidente de Repsol, pide “un cambio radical” en Europa, algo que “te pone los pelos de punta”, ha dicho.

En opinión de Brufau “hay que volver a los cuarteles de invierno y pensar en qué le preocupa al ciudadano. De las 50 empresas tecnológicas más avanzadas del mundo, solo hay 3 europeas. Y Bruselas a veces no legisla en favor del ciudadano”, por lo que ayudar a los políticos a “aterrizar en la realidad”.