El Ministerio de la Función Pública se plantea otro sistema para seleccionar a los altos funcionarios. En vez de las tradicionales oposiciones, consistentes en exámenes y méritos, se creará un plan académico, una especie de máster con selectividad, para escoger a los candidatos a ocupar plazas con las categorías A1 y A2, que son las de salarios más altos y de mayor responsabilidad del Estado.

Mediante este plan académico se seleccionará a los abogados del Estado, inspectores de Hacienda, diplomáticos, conservadores de museos, ingenieros… si bien todavía se está estudiando el sistema y que puestos de la administración pública afectaría. Nada está decidido. El ministro Óscar López tan solo informó hace unos días de la intención de avanzar hacia este modelo.

Actualmente, el acceso a los cuerpos superiores de funcionarios se realiza mediante procesos de oposición, que incluyen pruebas teóricas, diversos tipos de ejercicios y, en algunos casos, práctica administrativa. Este modelo, aunque valorado por su objetividad y transparencia, ha recibido críticas por basarse en la memorización y no en las competencias prácticas, de liderazgo o de gestión pública.

Cuando se aplique el nuevo plan académico, los candidatos a funcionarios de las categorías A1 y A2 deberán superar una prueba de acceso. Solo pasarán los que obtengan mejores calificaciones. Luego, estos aspirantes cursarán un máster de dos años y, al final, harán un examen, que determinará los aspirantes que obtienen la plaza, que serán los saquen mejores puntuaciones. Al resto de aprobados se les concederá el título de postgrado, pero se quedarán sin plaza. No se sabe que pasará con los que suspendan, si podrán presentarse a una nueva convocatoria o no.

Este modelo parece inspirado en l’École Nationale d'Administration (ENA) francesa, donde los altos funcionarios reciben formación universitaria específica seguida de prácticas en instituciones públicas.

Uno de los objetivos del nuevo modelo será modernizar la administración y atraer talento joven con perfiles más diversos. Desde el Ministerio consideran que fomentaría una función pública más profesional, orientada a resultados, atenta a la innovación y con evaluación de políticas públicas. También podría reforzar la igualdad de oportunidades al evitar los largos años de preparación que requieren las oposiciones, que favorecen a los aspirantes con recursos económicos y tiempo disponible.

Todavía se desconoce si este plan académico afectará a todos los funcionarios o solo a los de la Administración General del Estado, así como a que cuerpos en concreto. Tradicionalmente, los cuerpos judiciales, policiales y militares tienen sus propios procesos de selección.

La propuesta del ministro Óscar López está generando debate. Sus detractores alertan del riesgo de politización, pérdida de objetividad en la selección y menor transparencia.