Como ya es costumbre en las comunicaciones de China y Estados Unidos, el gigante asiático siempre va un paso por detrás siguiendo la pauta del presidente Donald Trump. Este viernes las fuentes oficiales, e impersonales, del Ministerio de Comercio Chino ha confirmado lo que ayer adelantó el propio Trump: las dos primeras potencias mundiales han hecho las paces comerciales que habían adelantado en Londres. Al menos de momento. Turmp anunció este jueves que se firmó el miércoles un acuerdo con China y adelantó que prevé sellar pronto otro con la India. "Firmamos (el acuerdo) con China ayer. Lo acabamos de firmar", dijo en un acto en la Casa Blanca programado en defensa de su proyecto fiscal y presupuestario, que está bajo tramitación en el Senado. El inquilino de la Casa Blanca no ofreció detalles, algo en lo que ha avanzado, aunque poco, la parte china.

Fuentes de Pekín han anunciado este viernes que "revisará y aprobará" las solicitudes de exportación de bienes restringidos, como las tierras raras, informó este viernes el Ministerio chino de Comercio. "Tras las negociaciones en Londres, los equipos de China y EE. UU. mantuvieron una comunicación cercana. Recientemente, con aprobación, ambas partes confirmaron los detalles del acuerdo", indicó un portavoz de la mencionada institución en un comunicado divulgado hoy en su página web oficial.

El documento indica que "China revisará y aprobará las solicitudes de exportación de bienes controlados que cumplan con las condiciones con arreglo a la ley", en una aparente referencia a las tierras raras, minerales clave para sectores como defensa o automoción y cuya producción controla el país asiático, que impuso restricciones a su venta al extranjero a principios de abril. A cambio, asegura Comercio, "Estados Unidos cancelará una serie de medidas restrictivas que tomó contra China", sin ofrecer detalles al respecto, informa Efe.

"Se espera que EE. UU. y China encuentren un término medio y cumplan con los importantes consensos y requisitos alcanzados por los jefes de Estado el pasado 5 de junio", apunta el comunicado, en referencia a la llamada entre los presidentes de EE. UU. y China, Donald Trump y Xi Jinping, que desbloqueó la situación y habilitó a que representantes comerciales de ambas potencias se reuniesen en Londres.

10 acuerdos comerciales

Por otro lado, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, aseguró que la Casa Blanca tiene planes "inminentes" para alcanzar un acuerdo con un grupo de diez socios comerciales principales, sin especificar cuáles, según recoge Bloomberg tras una entrevista en Bloomberg Television. En esa misma entrevista, Lutnick afirmó que el presidente de EE. UU., Donald Trump, está preparado para finalizar una serie de acuerdos comerciales en las próximas dos semanas, en relación con la fecha límite del 9 de julio dada por Trump para volver a los aranceles más elevados que pausó en abril.

"Haremos los 10 acuerdos principales, los colocaremos en la categoría correcta, y luego estos otros países encajarán detrás", dijo Lutnick. Estos acuerdos se sumarían al anunciado por Trump con China, que fue firmado el miércoles. Lutnick apuntó que el acuerdo con China incluye la entrega de tierras raras.

Adelanto de Trump

Así, China confirma las declaraciones que Trump efectuó este jueves, en las que reveló que EE. UU. había firmado el acuerdo con China un día antes, aunque sin ofrecer tampoco detalles al respecto. No obstante, a mediados de junio, tras las dos jornadas en la capital británica, el líder republicano apuntó que el acuerdo incluye un arancel estadounidense del 55% a productos chinos y otro del 10% a los bienes del país norteamericano por parte de Pekín.

El entendimiento de Londres suponía el establecimiento de un marco de trabajo que implementase el "consenso" alcanzado por Xi y Trump en la mencionada llamada, aunque estaba pendiente precisamente de que ambos líderes diesen su visto bueno definitivo para su firma. Esa ronda de negociaciones buscó rebajar las tensiones entre ambas potencias después de que se acusaran mutuamente de incumplir el acuerdo alcanzado en Ginebra (Suiza) en mayo, que dio comienzo a una tregua comercial de 90 días por la cual China reduciría del 125 al 10 % sus aranceles a productos estadounidenses mientras que EE. UU. haría lo propio del 145 al 30 % para los bienes chinos.

Acusaciones mutuas

China había denunciado que EE. UU. había incumplido esa tregua al restringir la exportación de chips de inteligencia artificial (IA), suspender ventas de software de diseño de semiconductores o amenazar con revocar visados para estudiantes chinos, mientras que Washington consideraba que Pekín no honraba el pacto por las mencionadas limitaciones a las exportaciones de tierras raras.

Tras su regreso a la Casa Blanca, Trump intensificó la guerra comercial que él mismo había iniciado en 2018 al dar comienzo a una escalada arancelaria contra China que se tradujo, en la práctica, en una suerte de embargo comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo.