El 80% de lo que la Seguridad Social recauda cada año por el cese de actividad se queda sin gastar; sin embargo, en el caso de lo que pagan asalariados y empresas por desempleo, el superávit se reduce considerablemente, según explican a ON ECONOMIA fuentes de la asociación de autónomos Uatae que dirige María José Landaburu. Con los datos a noviembre del pasado año, los autónomos cotizaron por cese de actividad 343 millones de euros y, sin embargo, las prestaciones que recibieron fueron de 76,4 millones entre la paga y la cotización a la Seguridad Social, equivalente al 22,3% de lo que aportaron. En el caso de la cuota por desempleo, la proporción se invierte, pues se ha gastado el 80% de lo recaudado y el superávit se reduce al 20%.

Así, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ingresó durante el pasado año 27.400 millones de euros y gastó en prestaciones de desempleo 21.798 millones, el 80% de las cuotas ingresadas por empresas y empleados, según los datos de ejecución presupuestaria del SEPE. No obstante, la comparación no es equiparable, pues de esos 21.798 millones, la prestación contributiva (que se paga con las cuotas ingresadas), supuso 14.308 millones y los restantes son del subsidio de desempleo, que se abona con fondos de los Presupuestos Generales del Estado. Hay que recordar que el dinero que se recauda por cese de actividad solo se usa para el abono de la prestación contributiva, pues los autónomos no cuentan con un subsidio de desempleo como los asalariados, la principal demanda que hacen en estos momentos las asociaciones de autónomos.

El boom con la pandemia

El cese de actividad nace como una prestación para los autónomos que han cerrado su negocio y no prevén reabrirlo, por lo que no se asemejaba al desempleo de los asalariados, cuya prestación está concebido como una manera de subsistencia hasta encontrar un nuevo empleo. Hasta 2019, los trabajadores por cuenta propia cotizaban al cese de actividad de forma voluntaria, con un volumen testimonial, pero con la llegada del PSOE al Gobierno, se hace obligatorio. Con la pandemia, el cese de actividad se concede de forma extraordinaria y el coste se dispara: en 2020, la Seguridad Social abonó a los autónomos 577 millones de euros e ingresó 133 y al año siguiente, el gasto se disparó a 1.500 millones con unos ingresos de 324 millones.

En la reforma del Reta las asociaciones y el Ministerio de Seguridad Social reformaron la prestación por cese de actividad para que se asemeje más a la prestación por desempleo. A partir de enero del pasado año, los autónomos pueden compaginar su actividad profesional con el cese de desempleo si sus ingresos se reducen considerablemente. Una prestación que abonan las mutuas de trabajo colaboradoras con la Seguridad Social.

Sin embargo, a falta del cierre de diciembre, no se ha producido una explosión en el uso del cese de actividad. Fuentes de Uatae señalan a ON ECONOMIA que hasta noviembre 18.936 autónomos lo han solicitado, 1.300 más que en el mismo periodo de 2022, un 7% de crecimiento. Desde esta asociación reseñan que es residual si se tiene en cuenta que hay 3,3 millones de autónomos afiliados al Reta y que apenas la mitad de las solicitudes son concedidas: 48% entre enero y noviembre del pasado año, y el 36,2% del anterior.

Por este motivo, desde Uatae, pero también las otras dos grandes asociaciones, ATA que dirige Lorenzo Amor, y Upta, cuyo secretario general es Eduardo Abad, se suman a la petición de un cambio normativo que facilite el cobro del cese de actividad, tanto de forma temporal para afrontar una fuerte caída de actividad, como de forma permanente. En su opinión, los cambios introducidos el pasado año deben ser revisados. Uno de los hándicaps es que, al igual que sucede con el desempleo, se exige haber cotizado por cese de actividad al menos 6 años, lo cual no cumplen muchos de los 3,3 millones de autónomos, ya que es obligatorio desde hace 5 años.

Subsidio y cese

Pero la negociación de una reforma del cese de actividad se ha complicado con la petición de los autónomos de tener derecho al subsidio de desempleo como los asalariados, al menos los mayores de 52 años. Pero si están de acuerdo con el objetivo, la fórmula que se pretende por cada una de las tres difiere notablemente. Si el subsidio se liga a un mínimo de 6 años cotizados y a que se haya agotado el cese de actividad, serán pocos los que tengan derecho. Uatae, que defiende que no haya una relación directa entre la cotización y el derecho al subsidio, calcula que en estos momentos hay unos 50.000 autónomos mayores de 52 años que podrían ser potenciales beneficiarios del subsidio. De ellos, 10.000 cobran actualmente el cese de actividad, pero lo van a perder pronto, y los 40.000 restantes son autónomos que ya están fuera de la actividad y carecen de ingresos.

De momento, la Seguridad Social ha cumplido con la petición de crear el observatorio del cese de actividad, pues hay mucha confusión sobre cuánto puede recaudarse realmente con la reforma del Reta y cuál es el gasto por prestaciones. Por otro lado, el SEPE también abona cese de actividad, por lo que es prioritario determinar cuál es el superávit de las aportaciones de los autónomos. Desde Uatae entienden que si la reforma del cese de actividad permite expandir su uso, estarían dispuestos a aumentar la actual cuota por cese de actividad, del 0,9%, para mantener el sistema saneado. El margen es grande si se tiene en cuenta que la cuota por desempleo de los asalariados es de algo más del 6%. “Sin embargo, con un superávit del 80% de lo recaudado por cese de actividad, no tiene sentido hablar de subir las cuotas”.