A no ser que algo se tuerza, el miércoles 7 de junio, se conocerán las dos candidaturas que optarán a las elecciones a la presidencia de la Cambra de Comerç de Barcelona: la que están ultimando un grupo de empresarios vinculados a gremios y patronales y la que ya han diseñado algunos de los miembros del actual equipo de gobierno de la Cambra -incluida la presidenta y uno de los vicepresidentes- que quieren revalidar su mandato, y que es heredera de Eines de País y mantiene el apoyo de la entidad independentista Assemblea Nacional Catalana (ANC). La batalla está servida hasta mediados de septiembre, cuando tendrán lugar las elecciones en las 13 cámaras catalanas, con especial interés por la de Barcelona, que agrupa el 60% de las casi 700.000 empresas que configuran el censo electoral. A diferencia de los anteriores comicios de 2019, la lucha por liderar la Cambra será una cuestión a cara o cruz entre estas dos listas antagónicas.

Contrarreloj, un grupo de empresarios próximos a los gremios y las patronales Pimec y FemCat están cerrando una candidatura que pueda optar a las 52 vocalías que se escogerán por sufragio (hasta ahora eran 40 vocalías) para obtener la mayoría del pleno de la Cambra. Una hegemonía que ya poseían y que les fue arrebatada, contra todo pronóstico en 2019, por una lista independentista Eines de País, impulsada por la ANC. El empresariado barcelonés más influyente busca como recuperar la institución. Fuentes próximas explican a ON ECONOMIA que se está buscando el máximo número posible de empresarios y autónomos, en representación de la gran empresa, las pymes y las organizaciones empresariales, que puedan optar a cuantas más vocalías (epígrafes económicos) mejor y poder concentrar los votos, pero rehúyen dar nombres. Tampoco quieren concretar que empresario liderará la candidatura, y evitan pronunciarse sobre si Josep Santacreu -exdirectivo de la aseguradora DKV- podría asumir este papel de consenso que tanto anhelan. Pero lo que sí que tienen claro es que hacía falta una candidatura unitaria sumando esfuerzos e intereses para intentar rebatir a los opositores: los independentistas de Eines de País.

El establishment empresarial, muy próximo a las patronales, nunca como ahora había trabajado por una propuesta unitaria. Quizás por eso, lo que se busca es una lista transversal, con diversidad ideológica, y sobre todo, que no tenga sesgos políticos, que es lo que más reprochan a la actual gobernanza de la Cambra de Comerç de Barcelona, a la cual tildan de politizada y de invadir campos de actuación que hasta ahora estaban reservados a las patronales y los gremios, una especie de intrusismo que niega la presidenta de la Cambra, Mònica Roca.

En las últimas elecciones de 2019, hasta cinco candidaturas -incluida Eines de País- optaron a la presidencia. Las encabezaron los empresarios Enric Crous (ganó en cuatro epígrafes, después de unir su candidatura a la de José María Torres, y con el apoyo de Pimec), seguido de Carles Tusquets (consiguió tres), Ramon Masià (que no obtuvo ningún representante) y la candidatura abierta 50a50, que promovía la presencia de mujeres a las instituciones empresariales (se hizo con una de las 40 sillas del pleno). Pero la sorpresa la dieron los independentistas que, movilizando pequeños empresarios, pymes y autónomos, ganaron en 32 de los 40 epígrafes que se sometieron a votación.

Aquella victoria, no exenta de críticas, la lideró Joan Canadell, actual diputado por Junts en el Parlament catalán, junto con otros empresarios que compartían con él las ideas independentistas, buena parte de los cuales forman ahora parte de los órganos de gobierno. Cuatro años después, el actual equipo de gobierno de la institución vuelve a estar al frente de una amplia candidatura que aspira a revalidar el mandato y consolidar su trabajo. Si en aquel momento lucharon por convencer a los empresarios de que la Cambra era para todo el tejido empresarial y no solo para una parte, explican, ahora creen que se les reconocerá el trabajo que han hecho y que ha servido para acercar todas las empresas, sin distinción, a la institución. La presidenta Mònica Roca -que asumió el cargo cuando Canadell se pasó a la política- y el vicepresidente Antoni Fitó y el mismo Joan Canadell son la parte más visible de la candidatura, que responderá a un nombre diferente al de Eines de País, pero que cuenta con el visto bueno de la ANC. Se trata de una lista abierta y solo cuando hayan pasado las elecciones y en función de los resultados se decidirá el reparto de los cargos de responsabilidad dentro de los órganos de gobierno de la Cambra. Hay que recordar que el presidente de la Cambra es escogido por los miembros que forman el pleno, después de ganar las elecciones.