En España viven 3,16 millones de personas de 0 a 64 años en un hogar en el que todos sus miembros en edad laboral (de 16 a 64 años) no suman el 20% de la jornada potencial que podrían desempeñar y, por tanto, los ingresos que podrían obtener. Es decir, el 8,7% del total de los residentes en España habitan un hogar que debe sobrevivir al año con unos ingresos equivalentes a dos meses y medio de salario equivalente a tiempo completo, según la comparativa referente a 2022 dada a conocer por Eurostat este lunes. En la parte positiva, ha disminuido un millón (un 25%) el número de personas en esta situación sobre 2021, cuando había 4,2 millones de personas, equivalente al 11,6% del total de la población menor de 65 años.
Y, aunque España está por encima de la media de 2022 de la Unión Europea -el 8,3% de la población (27,15 millones)- ha registrado el mayor descenso de los 27 países comunitarios y ha conseguido, por primera vez, colocarse por debajo de las grandes economías francesa, alemana e italiana. La generación de empleo a lo largo de 2022 en la UE ha permitido que se produzca una reducción de las personas que han de sobrevivir todo un año con el salario de dos meses y media, haciendo caer la media comunitaria del 9% en 2021, al 8,3% en 2022. Pero con ritmos dispares, pues España ha bajado su porcentaje en 2,9 puntos porcentuales (pp), mientras que entre las grandes economías, Francia ha bajado del 10,8% al 9,9% (0,9 pp) e Italia del 10,8% al 9,8% (1 pp), mientras que Alemania, incluso, lo eleva del 9,5% al 9,7% (0,2% pp). Se convierte, así, en uno de los 10 países comunitario en los que ha crecido el número de personas que habitan en hogares, que Eurostat denomina como con “muy baja intensidad de trabajo”.
El porcentaje de estos hogares con “muy baja intensidad de trabajo” se deriva de dos variables: el número de parados (pudiendo ser incluso todos los miembros) y las jornadas que realizan aquellos que tienen un empleo. La caída de la población en esta situación de precariedad en España se debe principalmente, según los expertos del mercado laboral, al aumento del empleo durante el pasado 2022, pues las jornadas apenas han crecido en referencia a las horas efectivas trabajadas, en parte por el incremento en el empleo a tiempo parcial y los fijos discontinuos, aunque también se ha producido un fuerte descenso del empleo temporal. Según el INE, en el tercer trimestre de 2022 había 977.800 hogares con todos sus miembros en paro, un descenso de 144.200 respecto a 2021. Aunque este año ha seguido cayendo el número de hogares con todo sus activos en paro, lo ha hecho a menor ritmo, tan solo 48.900 respecto a 2022.
A tiempo completo
Eurostat define el indicador de personas que residen en hogares con muy baja intensidad de trabajo como “el número de personas que viven en un hogar en el que los miembros en edad de trabajar estuvieron empleados por un tiempo igual o inferior al 20% de su tiempo de trabajo potencial total durante el año anterior. Por tanto, según explica la oficina de estadística comunitaria, “es la relación entre el número total de meses que todos los miembros del hogar en edad de trabajar han trabajado durante el año de referencia y el número total de meses que los mismos miembros del hogar teóricamente podrían haber trabajado en el mismo periodo”. Meses que se miden en términos de equivalente a tiempo completo.
El pasado 2022 es el mejor resultado que ha arrojado España en la estadística de hogares con “muy baja intensidad de trabajo” desde 2015, cuando arranca. La diferencia entre la media comunitaria y España es la primera vez que es inferior a 1 punto porcentual, pues el pasado año tan solo hubo una diferencia de 0,4 pp (8,7% España por 8,3 la medida UE). En 2020, la diferencia fue de 1,7 pp, el porcentaje más cercano al del pasado año, y el resto de los ejercicios la brecha supera los 2 pp porcentuales. La mayor grieta ha sido de 5,3 pp en 2015, cuando en España el 15,4% de la población habitaba en un hogar en el que solo entraba ingresos dos meses y medio al año, mientras que la media de la UE fue del 10,1%.
En valores absolutos, también en 2022 se produce el menor número de población en esta situación, 3,16 millones; seguido de los 3,67 millones de 2020, los 3,89 millones de 2018 y los 3,96 millones de 2019. En 2015, algo más de 5,61 millones de residentes en España se tuvieron que conformar con dos salarios y medio para sobrevivir todo un año.
Situación variopinta
A pesar de que España ha tenido el mayor descenso en el índice de hogares con “muy baja intensidad de trabajo”, el pasado año ocupó el puesto 18 entre de 28 países (los de la UE más Noruega). Como curiosidad no existe una correlación entre la tasa de desempleo y el porcentaje de ciudadanos que viven en este tipo de hogares, pues como se ha visto, España, con uno de los índices más altos de paro de la UE, tiene un índice inferior a países como Alemania, Italia o Francia. El pasado año, la mayor tasa de hogares con pocos ingresos la encabezó Bélgica, con el 11,5% de su población entre cero y 65 años, seguida de Irlanda, el 10,5%; y Finlandia, el 10,1%. En estos países, el problema no se deriva del número de parados, sino de las jornadas que realizan, en ocasiones de forma voluntaria y en otras de forma obligada. En el extremo opuesto, el índice más bajó lo ostentó el pasado año Luxemburgo, el 3,5%, tras Eslovenia, Polonia y Eslovaquia, con un 3,8%.