La Comisión Europea ha anunciado este jueves que denunciará ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) los aranceles masivos impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a todas las importaciones extranjeras, incluidas las de la Unión Europea. La Unión Europea también ha hecho pública su propuesta para una segunda ronda de represalias con la que gravar productos estadounidenses por valor de casi 100.000 millones de euros. Una muestra más de que la UE no se mantendrá "de brazos cruzados" ante la ofensiva arancelaria. El pasado mes de abril, los Veintisiete aprobaron las primeras medidas en respuesta a las tasas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump: aranceles del 25% contra los productos norteamericanos por valor de 21.000 millones de euros.
Esta medida más las anunciadas este jueves es la respuesta diseñada por Bruselas para responder tanto al 20% de los aranceles indiscriminados que Estados Unidos impone a todas las importaciones europeas (temporalmente rebajado al 10%) como al 25% con el que gravan las importaciones de coches y piezas de automóvil con origen en la UE.
Además, Bruselas diseña un nuevo catálogo de productos estadounidenses que los servicios comunitarios plantea gravar afectará a una amplia gama de importaciones por valor de 95.000 millones de euros, desde productos industriales hasta agrícolas; pero añade también el impacto de posibles restricciones a la exportación de chatarra y productos químicos europeos por valor de 4.400 millones de euros.
La Comisión, que no ha querido dar detalles sobre cómo marchan las conversaciones con Washington, está dispuesta a contemplar esas nuevas contramedidas si las negociaciones “no desembocan en un resultado mutuamente beneficioso y en la supresión de los aranceles estadounidenses”. El comisario de Comercio y Seguridad Económica y negociador de la UE, Maros Sefcovic, ha asegurado que el bloque "sigue plenamente comprometido" tanto a nivel político como técnico con Washington para encontrar una solución a la crisis arancelaria, pero ha dejado claro que no aceptarán un acuerdo "a cualquier precio" y por ello la UE sigue adelante con la preparación de su respuesta.
Confiando en las negociaciones
“La UE sigue plenamente comprometida con la búsqueda de resultados negociados con Estados Unidos. Creemos que pueden alcanzarse buenos acuerdos en beneficio de los consumidores y las empresas de ambos lados del Atlántico”, indicó también en un comunicado la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. De ahí que fuentes comunitarias subrayaron a Efe que, más que de “represalias”, es necesario hablar de “reequilibrar” la situación si los aranceles estadounidenses finalmente se mantienen más a medio o largo plazo.
En su comunicado, la Comisión Europea agregó que está preparándose para todas las posibilidades, “y la consulta impulsada hoy y que estará abierta hasta el 10 de junio [para confeccionar una lista de productos estadounidenses] nos ayudará a orientarnos en este trabajo necesario”, concretó Von der Leyen.
La opinión de la Unión Europea (UE) es que los aranceles estadounidenses “violan flagrantemente las normas fundamentales de la OMC”, según explicó la Comisión, cuyo objetivo es “reafirmar que las normas acordadas internacionalmente son importantes y no pueden ser incumplidas unilateralmente por ningún miembro” de la organización con sede en Ginebra.
Instar a un acuerdo intermediado por la OMC
El primer paso de un proceso ante la OMC, recordó la Comisión, es pedir a otro país celebrar consultas para tratar de solucionar sus diferencias: “Hoy lo anunciamos y es algo que vamos a hacer en las próximas semanas”, indicaron fuentes comunitarias. Una vez que la UE presente formalmente su solicitud de consultas a la OMC, las dos partes tendrán hasta dos meses para encontrar una solución de mutuo acuerdo y, si las conversaciones fracasan, la UE podrá solicitar la creación de un panel que evaluará el fondo del asunto.
La Comisión también indicó que sigue vigilando atentamente el posible desvío de exportaciones mundiales hacia el mercado de la UE que podría provocar los aranceles estadounidenses impuestos a terceros países. Entre tanto, aseguró que “seguirá negociando con otros socios comerciales para encontrar nuevas salidas a las exportaciones y diversificar nuestras fuentes de suministro”, así como trabajando para reducir las barreras y reforzar el mercado único de la UE.