La Comisión Europea prevé recortar a la mitad las importaciones de acero que podrán entrar en la Unión Europea libre de aranceles y aumentar las tarifas que aplicará una vez superada esa cuota a niveles en línea con los de Estados Unidos o Canadá, que imponen actualmente un arancel del 50% al acero europeo. El vicepresidente del Ejecutivo comunitario para Industria, Stéphane Séjourné, así lo trasladó a representantes del sector europeo del acero el miércoles, según confirmaron a EFE fuentes con conocimiento de la conversación.

La Comisión prevé presentar el martes que viene los detalles de la nueva salvaguarda comercial destinada a luchar contra el exceso de capacidad de producción de acero a nivel global, sobre todo de China, que inunda el mercado comunitario de importaciones fuertemente subsidiadas que suponen una competencia desleal para los productores locales. La actual salvaguarda comunitaria, que impone un arancel del 25% una vez alcanzada una cierta cuota de importaciones por encima de los niveles históricos, expira el próximo 30 de junio de 2026 y Bruselas quiere sustituirla por un nuevo mecanismo más restrictivo y que no sea temporal.

El plan en el que trabaja la Comisión - que podría cambiar hasta la semana que viene - mantendría este sistema, pero reduciría a la mitad las importaciones libres de aranceles. Además, elevaría el que se aplica a partir de entonces a niveles análogos a los de Estados Unidos o Canadá, con el fin de evitar un desvío hacia la UE de las importaciones penalizadas por esos países, según las fuentes.

Washington aplica al acero europeo un arancel del 50%, pero, contrariamente a la salvaguarda europea, no existe una cuota libre de gravámenes. Por lo que esta tarifa afecta a todas las exportaciones de este metal, que junto con el aluminio ha quedado excluido del arancel generalizado del 15% que pactaron EE. UU. y la UE en julio.

Acuerdo con EE. UU.

Ese acuerdo preveía que la situación del acero y aluminio se regulase más adelante a través de un sistema de cuotas y aranceles sobre el que Washington y Bruselas ya están manteniendo conversaciones con el objetivo general de proteger a sus respectivas industrias del exceso de capacidad de otras potencias. La industria del acero en la UE ha reclamado a la Comisión repetidamente que tome medidas urgentes para paliar la situación que atraviesa el sector como consecuencia de esa sobrecapacidad, a la que ahora se suman los aranceles estadounidenses y el consecuente desvío de importaciones hacia el mercado comunitario.

Solo el año pasado, las empresas europeas del sector anunciaron 18.000 despidos y recortaron su capacidad de producción en 12 millones de toneladas, que se suman a los 100.000 empleos perdidos y 26 millones de toneladas recortadas entre los años 2008 y 2023, según cifras de la patronal Eurofer y el sindicato IndustriAll.

La Comisión Europea presentó en marzo un plan estratégico para este y otros metales que, además de reforzar la salvaguarda comercial, preveía otras acciones para abaratar la energía a esta industria o reducir el alcance del arancel climático comunitario