El telescopio James Webb despegó a finales de 2021 desde la Guayana Francesa con el objetivo de descubrir el origen del universo y, ahora, tras 1,5 millones de kilómetros recorridos y 30 maniobras orbitales, el telescopio nos ha sorprendido a todos con imágenes nunca vistas. Primero, vimos gracias a él la fotografía más profunda del universo y, después, unas especiales instantáneas que nos mostraron Júpiter como nunca antes se había visto. Ahora, hay más novedades: desde los Acantilados Cósmicos de la nebulosa Caina, nos llegan las frecuencia sonoras que nos enseñan cómo suena el universo.

Imágenes convertidas en sonido
No es la primera vez que los científicos nos sorprenden con sonidos que recrean lo que podríamos llegar a oís si consiguiésemos visitar lejanos puntos del universo. Hace unos semanas, pudimos escuchar el sonido que emiten lo agujeros negros y, también hace poco, el del Perseverance recorriendo Marte. Eran en definitiva, recreaciones y, ahora, de nuevo, se ha hecho lo mismo con una de las últimas imágenes recogidas por el James Webb.
¿A qué suena el universo?
Científicos, músicos y personas ciegas se han reunido esta vez para desentrañar la relación entre los colores que muestra el James Webb y los tonos musicales que conocemos. Así. Los puntos más iluminados de la imagen se reproducen como sonidos más intensos, los tonos azules se equiparan a los que genera un dron cuando vuela y los tonos rojizos, a composiciones más claras y melódicas. ¿Sonará así de veras el universo? Quién sabe, pero lo indudadable, es que el resultado es sugestivo. De todos modos, lo que es a mí, el universos sigue sonándome a canción de Kraftwerk o, mejor aún al Music: response, de los Chemical Brothers