Las TIC son imprescindibles para empresas, ciudadanos y administraciones, pero no pueden funcionar sin que se tiendan antes costosas redes de servicios suyo coste nadie está muy interesado en pagar. Las big tech creen que a ellas no les compete y, en las diferentes administraciones nacionales y en los organismos transnacionales como la UE se piensa justo lo contrario. Las operadoras de comunicación, al tiempo, se alinean con las administraciones y el conflicto está servido.
Trece grandes empresas de telecomunicaciones
Las guerras, siempre, empiezan con pequeños actos que alguien toma como desafíos inaceptables y eso, precisamente, es lo que ha sucedido en este caso. Las responsables fueron, en concreto, las empresas de telecomunicaciones, que eran quienes hasta la fecha pagaban la broma: hasta trece grandes compañías de telecomunicaciones rubircaron hace nada una misiva en la que planteaban a la Comisión Europea que las big tech empezasen a sufragar al menos una parte de unas infraestructuras que, desde que ellas operan, soportan mucho más tráfico y han tenido que redimensionarse sin que desde las grandes empresas tecnológicas se ponga ni un euro.
De momento, no hay decisión
En mayo, en concreto a partir del 19, la UE espera contar con toda la información de las partes implicadas y, a partir de lo que se recabe, comará una decisión. El planteamiento inicial es que Internet debe seguir sieno una red neutral y abierta pero Thierry Breton, comisario de Mercado Interior ya ha adelantado algo: aunque hoy tenemos en toda la UE una conectividad rápida y segura, si queremos mantenerla y la tecnología sigue avanzando como hasta ahora, hay que preguntarse quién va a pagar los costes de las nuevas infraestructuras que harán falta. Breton, que está últimamente en todas las batallas, cree que las plataformas (las big tech) deben compartir con los operadores los gastos. Nadia Calviño, ministra española de Asuntos Económicos, también cree que Google y Amazon deben contribuir y organismos como la GSMA se preguntan igualmente quién debe pagar “las tuberías” en un contexto de incremento exponencial del volumen de datos circulante.
Las Big Tech se quejan
Google, una de las empresas señaladas, recuerda que las big tech también invierten en infraestructuras. Los cables submarinos que cruzan el Atlántico son un ejemplo. Al tiempo, afirma también que el tráfico en Internet se desacelera y el contexto de crecimiento permanente que dibuja la UE no es tal. ¿Qué sucederá? Pues, o mucho me equivoco o, al final y como siempre, la broma la pagará el usuario vía impuestos o vía cuotas de servicios, Y, si no, al tiempo.
