Con más de 100 millones de toneladas producidas en 2021, Ucrania es desde hace décadas uno de los diez mayores productores de cereal del mundo, pero la actual situación de guerra que vive el país implica una drástica mengua que tendrá consecuencias en todo el planeta. Según estimaciones de la Asociación Nacional de Cereales de Ucrania, la cosecha 2022 puede ser un 40% menor que la de 2021.

Como mucho, 65 millones
Así, la citada entidad cuantifica la producción de 2022 en 64 o 65 millones de toneladas, lo que supone 46 millones menos que en 2021, año en el que se alcanzó un récord histórico de producción. Los datos que manejaba la Asociación a finales de diciembre se referían al 90% de las explotaciones de cereal de Ucrania. La mengua afecta especialmente al maíz, sector que ha dejado sin cosechar un 30% de los campos que explota.
¿Qué consecuencias puede tener?
En un contexto de subidas constantes de los precios de cereales y harinas, las noticias que llegan desde Ucrania complican todavía más una situación ya extrema que ha llevado, por ejemplo, a las panaderías españolas a movilizarse. El Ministerio Ucraniano de Política Agraria admite que la situación es grave y que, a consecuencia de la guerra con Rusia, “hasta 70 millones de personas en todo el mundo” están en riesgo de hambruna. La mayoría, claro, vive en países africanos. Con todo, Ucrania acaba de entregar este 29 de diciembre 25.000 toneladas de trigo a Somalia. La tormenta que se avecina abona el terreno para que harinas singulares elaboradas con cualquier cosa intenten cubrir el hueco que deja el cereal ucraniano.