Todavía, y mal que les pese a los apóstoles de la revolución verde, los sistemas de generación de energía tradicionales que emplean combustibles fósiles ganan aún la partida a las energías verdes en continuidad del suministro. Para acabar con ese agravio, tres prohombres (Jeff Bezos, Bill Gates y Richard Branson) convencidos de que el cambio es imprescindible han unido fuerzas cual trío de ases para financiar el desarrollo de un sistema de almacenamiento de energía mucho mejor que los actuales y, encima, más barato, porque sólo precisa de agua, hierro y aire para funcionar. Bueno, de esas tres cosas y, también, de dinero. Raro es que Elon Musk no ande también en el asunto.

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Form Energy

El sistema se llama Form Energy y su ventaja reside en que, en vez de litio, precisa sólo de hierro para funcionar, ya que es éste material (extraordinariamente abundante en nuestro planeta) el que acumula la energía. El director general de la compañía que ha desarrollado estas novedosas baterías es Mateo Jaramillo, que trabajó en la división de sistemas de almacenamiento energético de Tesla. Ya sabemos, por tanto, como es que Elon Musk no anda metido en el asunto.

Una tecnología recuperada

La idea de almacenar energía en hierro se planteó por vez primera en los años 70 pero, dicen Jaramillo y sus  padrinos, no se ha utilizado hasta la fecha porque, hasta hoy, “ni las cadenas de suministro ni las energías renovables habían necesitado de sistemas fiables y asequibles para almacenar energía de manera rentable durante varios días”.

El sistema de almacenamiento que propone Form es modular, incluye diferentes baterías con tamaño similar al de una lavadora y funciona sumergiendo una pieza porosa de hierro que funciona como ánodo en una solución electrolítica. El proceso natural de oxidación del metal se aprovecha para cargar y descargar energía durante varios días, ya que el material activo es el oxígeno del aire, que entra en las baterías a través de una membrana. La electricidad se puede almacenar durante unas 100 horas y la empresa indica que, en 2024, espera poner en marcha una planta en Weirton, una ciudad de 20.000 habitantes situada en Virginia y famosa por sus acerías.En su día, los altos hornos allí ubicados dieron empleo a 12.000 personas pero, hoy, sólo queda una planta de hojalata que ocupa a unas 900 personas.