El hierro es el cuarto elemento más abundante en la corteza terrestre y, por su ductilidad y dureza, es uno de los minerales más preciados desde antiguo. Ahora, en estos tiempos de crisis energética, podría convertirse en algo más. En concreto, en un combustible.

Hierro
Hierro

¿Polvo de hierro en lugar de carbón o petróleo?

Por supuesto, en condiciones convencionales, no; pero si se estudia su dinámica en condiciones de microgravedad, la cosa cambia: al suspender en estas condiciones y dentro de una cámara de combustión una muestra de polvo de hierro durante treinta segundos y aplicarle una llama, se puede estudiar su combustión y mediante un adecuado análisis de la densidad de las partículas y de los gases presentes en la cámara, se pueden llegar a diseñar quemadores industriales capaces de reproducir estas condiciones y utilizar el polvo de hierro para generar energía. El principio es simple: si la energía ni se crea ni se destruye, el hierro también la almacena y esa energía se puede aprovechar mediante un proceso de combustión que no genera ni humo ni carbono. Eso, al menos, es lo que piensa un grupo de estudiantes de la Universidad Técnica de Eindhoven, en Holanda, que tiene ya lista incluso una instalación que funciona con polvo de hierro.

En una cervecería

La instalación funciona mediante la combustión de metal y está instalada en Swinkels Family Brewers, una cervecería de la provincia holandesa de Brabante. El mecanismo de combustión genera vapor que se utiliza en el proceso de fabricación de la cerveza. Es, sin duda, sólo un inicio, pero los datos son esperanzadores, porque el polvo de hierro tiene muchas ventajas: es abundante, no es caro, se transporta con facilidad, tiene una buena densidad de energía, arde a partir de temperaturas muy elevadas y, a diferencia del hidrógeno, no necesita conservarse en frío ni pierde energía si se le almacena durante largos períodos de tiempo. Quien sabe si, de aquí a un tiempo en lugar de hidrogeneras tendremos metalineras, cosas más raras se han visto pero, como decían los Iron Maiden (y los Barón Rojo), hay que recordar siempre algo: el verdadero metal, nunca muere.